lunes, 31 de diciembre de 2012

A veces

Aún rodeado de gente, tal vez, incluso, de una multitud, te sientes solo. Hay días, sin embargo, que estando en medio de la soledad, los recuerdos llenan los espacios vacíos, la sonrisa se dibuja en tus labios, sientes la compañía de amigos internáuticos, personas de los que desconoces su tercera dimensión, a veces, además, no sabes cómo es su voz, desconoces su forma de andar, sus giros idomáticos, sus tics, la calidad e intensidad de sus caricias, pero, de todas formas, sientes su compañía. Transcurren momentos en que incluso los muertos parecen estar a tu lado, las fronteras entre vida y muerte se han derribado, su compañía es latente, es patente, la sientes. A veces la soledad me devuelve a tu lado. Imagino que escribo tan concentrado que olvidé que siento en mis hombros tus manos. Y esa cálida brisa que se aposenta en mi cuello es tu aliento soñado y escribo en el papel que unos labios me están besando. A veces te siento tan cerca que estando solo también estoy a tu lado.

domingo, 30 de diciembre de 2012

El secreto de la marca España

Hace unos meses que he perdido el norte a pesar de vivir en él. Oigo en televisión, leo en los periódicos y revistas, la gente comenta: la marca España. Me atolondro al instante. ¿Qué es lo que me he perdido? ¿Por qué ya no es un país donde resido, el trozo de tierra que piso? Salgo al rellano y le pregunto al vecino que me mira de soslayo y me dice, lo siento yo soy francés, aunque para ustedes mejor sería decir adidas o, en el caso de mi mujer, lancome. Me asusto y él se parte de risa. Vuelvo a casa. Desanimado, me tumbo en la cama. Mis ojos, sin querer, buscan España en el techo, entre otras manchas o marcas, pero nada. La mirada se va hacia un lado y el diccionario se ilumina por el reflejo del sol en un retrovisor de un coche que está pasando, como un barco por una isla, por la calle de abajo. Voy a la eme directo; busco marca esperando ver un mapa, la piel de toro prohibido que habito, pero todo es un mito que se diluye al encontrar el verdadero significado: prostituta, mujer pública. En germanía, que es la jerga o manera de hablar de ladrones y rufianes, ese es el significado de marca. Y es el gobierno y políticos varios, la sota, el caballo y el rey, más amigos del poder y toda esa caterva de familiares y afiliados, los que usan y nombran la marca España, ahora tan venerada. Rufianes y ladrones de última generación, algunos poderosos por una simple votación al tuntún, no tergiverséis con la marca España y mentarla como procede, acorde a los tiempos de algarabía política y social: puta España. A veces todo se soluciona con el diccionario.

martes, 25 de diciembre de 2012

Otra vez

Está ocurriendo. Sin yo quererlo. Intento evitarlo, pero no puedo. Otra vez. El amor me ha atrapado. No sé cómo lo hace. Tal vez se esconde en esa nota musical que, creo yo, me toca la fibra cuando, en realidad, entra por uno de mis poros y revoluciona mi interior con un desparpajo inusitado. Tal vez esté mezclado en esa niebla matutina que respiro sin pensar y, ¡zas!, me atrapa a través de los pulmones desde donde se expande hasta aturdir mis pensamientos. Tal vez se encuentre diluido en la saliva de mi perro y, poco a poco, cada vez que me lame el bicho, voy cayendo en el hechizo, voy sucumbiendo a su increíble poderío sin apenas percibirlo, sin darme cuenta hasta que un lametón más y estoy completamente atrapado. Otra vez ha ocurrido, está ocurriendo. Estoy solo pero noto cierto hormigueo que sube por mis hombros. Un pequeño escalofrío placentero me sacude. Siento unos brazos que rodean mi cuerpo, unos brazos que están a miles de kilómetros. Unos labios que no veo se acercan a mi rostro. Cierro los ojos. Noto el contacto, una mínima presión de unos labios contra los míos, cierta humedad añorada. Mi piel responde a las caricias de la distancia. Otra vez. Otra vez el amor haciendo milagros. Está ocurriendo. Otra vez. ¿Hay alguien que sienta lo mismo que siento en este momento?

domingo, 23 de diciembre de 2012

El secreto de la felicidad

Es tan simple que se nos escapa de las manos. Es tan complicado que no tiene duración, se sale del tiempo. Pensadlo bien, cómo describiríais su momento culmen. Es un estado anímico donde se está y no se está al mismo tiempo, aunque, como he dicho antes, se esté fuera del tiempo. La dicha es tal, que uno se olvida de ese invento maligno y humano que es el tiempo. También se olvida del mal, los corazones se iluminan al unísono, la armonía se expande, una música delicada y vaporosa sale de los poros y se entrelaza con la música de otros seres, también perdidos en el no tiempo. Qué es la felicidad si no la vida realmente vivida, el sentimiento sentido, la gran perogrullada por fin hallada y amada, la sintonía vital que me introduce en los corazones de los seres queridos, la placenta divina que me cobija y eterniza, la mano que me acaricia, un beso plasmado en mi alma, una dicha templada, una calma chicha, una nube bailando en el cielo al ritmo de mis anhelos, unos pájaros planeando en mis sentimientos, una gruta en tu pecho, una mirada que abrazo, unos brazos que leen mis cuentos en la piel de mi cuerpo, una ilusión que deja de serlo, un sueño vivido, un aroma que vibra, un futuro recuerdo, una lágrima sonriendo. Desde aquí, desde el no tiempo, os digo: feliz vida, feliz ser, feliz seguir siendo.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Grumo

A ratos, la realidad se hace un grumo. Los embotellamientos de los coches al entrar, al salir, y en el centro de la ciudad. Las manifestaciones de gente apelmazada, gritos, desorden, protesta, falta de entendimiento o sobreabundancia del mismo. A ratos, la realidad se coagula. Los sentimientos dejan de fluir, se cuajan, no progresan. La actualidad es un grumo político; la verdad no puede entrar y salir, como los coches embotellados, la ciudadanía se apelmaza, la protesta se hace interna y tu corazón, tu hígado, tu bazo, tu lo que sea, se hacen grumos. Todo coagula. La vida se espesa. La garganta se te seca. Tienes sed. Como puedes, a través de manifestaciones y de un tráfico insufrible, consigues entrar en un bar apelmazado. El espeso camarero te ve, qué va a ser, un grumo, un grumo de naranja por favor.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Estancado

Vivo como. Estoy un poco. No salgo de mi asombro que, por otro lado, no es más que puro estancamiento. Abrumado por una normalidad que jamás creí poder alcanzar, ahora, sin embargo, no puedo desprenderme de ella. Jornada tras jornada, todas repletas de actos banales, voy perdiendo mi individualidad y, soy tan vulgar, que apenas me reconozco. Para saber quién soy tengo que mirarme al espejo, pero cada vez me cuesta más hacerlo porque cada vez me importa menos saberlo. Soy el fruto de mi propio estancamiento. Podría pensar que se trata de un hechizo, pero tengo que descartarlo porque es demasiado normal. Tal vez el conjuro sea la repetición, la rutina asumida y vivida día tras día. Estancado. Vivo como. Estoy un poco.