miércoles, 25 de septiembre de 2013

El germen

Una chispa de ilusión esencial con las últimas gotas de la justicia perdida ha provocado la aparición del germen en mi interior. La revolución ha estallado en mi corazón. La autoridad corrupta se desintegra ante mi presencia al igual que la esclavitud capitalista. La gente vuelve a sonreír. El desnutrido es alimentado doblemente: comida y conocimientos. El germen se propaga a través de mis ojos, de las caricias, de la solidaridad. La vida vuelve a tener sentido. Es solamente el comienzo, el origen, casi todo está por venir, pero la esperanza es tan grande y los sueños se hacen realidad tan rápido, que el germen se expande pensando en la posibilidad de un mundo ideal: por fin, la maravilla es factible. Sólo hacía falta voluntad, ánimo, alegría, amor, batirlo todo y regar el germen de la revolución vital más trascendente.

jueves, 19 de septiembre de 2013

No sé quién soy

Sí, no sé quién soy pero soy feliz. De pronto o eso me parece a mí, aunque puede ser que el tiempo se haya detenido o que solamente esté viviendo un instante con total intensidad, me veo sumido en una alucinación. Soy un cigarro prendido. El capullo incandescente sostiene medio centímetro del cigarro hecho ceniza: eso es mi yo. La acción de una ligera brisa hace que mi yo se desprenda y se disipe en el aire. Me ilumino más, parte del cigarro se consume, la vida pasa, pero, sin ser muy consciente de ello, soy feliz. Pierdo el yo pero me siento en casa. El velo se corre, la nube se aparta, el sol sale en mi alma. Y ahora, mirando hacia adentro, puedo ver estratos de otras existencias de otras épocas y, aunque no sé dónde me llevará esta vida infinita, soy feliz. Descubro en la quietud todo el movimiento, empiezo a comprender algo, qué curioso, ahora que no soy yo todo es mucho más fácil de entender, parece que los poros se abren a la luz del conocimiento esencial y me estoy empezando a sentir fenomenal. No ha pasado ni un segundo y comprendo que un instante puede ser eterno. Mi yo vuelve, ya no soy cigarro, pero la felicidad permanece en mis pupilas dando brillo a una mirada que sonríe, a una infinitud que ama.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Asombrosas posibilidades

Una tarde apacible: mi perro custodia mi alma agazapado debajo de la cama mientras la música se entremezcla con la lectura. Una nota, un recuerdo, mágica asociación, un olor sempiterno imaginado, construido en la mente y, de repente, la posibilidad subyacente toma forma; con ciertas melodías es la norma no escrita, la felicidad moldeada por la imaginación se palpa por toda la habitación. El perro olisquea, la melodía termina y la lectura se estanca, y yo, con una sonrisa de sexo travieso, accedo a todos tus misterios inventando posibilidades. Soy tan monótono en la vida que mi mente me sorprende con estas habilidades. Siempre quiero decir algo distinto de lo que digo cuando estoy contigo, pero, cuando te imagino a mi lado, soy divino. Tú siempre me recuerdas que puedo preguntarte cualquier cosa pero sólo son las posibilidades imaginadas las que me dan alas, las que me descubren lo mejor de ti y las que siempre me hacen feliz. Y a quién le importa la realidad entonces. Cierro el libro que no leo, el perro ladra y la música, hace un rato ya, se fue a otra parte.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

El deseo

Me perseguía a todas partes. A veces, incluso, deseaba que no fuera así, pero siempre estaba el deseo, el deseo de no y el deseo de si. ¿Y por qué? Porque el deseo es el motor que me mueve: el deseo de aprender, de ser feliz, de ti, de escribir, de leer, de viajar, de placer. El deseo es la potencia y la apatía la carencia. El deseo es un animal salvaje al que hay que ponerle riendas para poder correr o parar, pero a nuestra voluntad. De todas formas y en según qué ocasiones, creo que soy yo el que persigue al deseo. Cierto arrebato natural me invade mezclado con confusión, y deseo desear sin saber qué con precisión. El tiempo va regando el deseo que crece en mi interior; el clima, las circunstancias, ciertas miradas, cualquier cosa hace de fuelle que activa el fuego de mi deseo. Y cuando todo parece en calma una chispa de deseo se extiende, brota de la nada, salpica a otras y, de repente, ahí está de nuevo, el deseo ardiente. Porque no hay deseo frío cuando estoy contigo, ni siquiera cuando estoy sólo conmigo. Pero cuando estoy fuera de mí, el deseo se hace hielo, se endurece como el hierro, y todo se vuelve un camelo. Por eso vuelvo a ser yo para desear lo que deseo y, al mismo tiempo, mis deseos me convierten en lo que soy.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Recuerda que me escondo en los pelitos de tu pecho

Me dijo un ángel en un sueño que tuve con los ojos abiertos. Con sus palabras, cada vez que me habla, recupero el cariño que perdí de niño. De tan maravilloso, de tan mágico, de tan intenso, es mi amor inefable. No es de carne, y por eso es, el amor de mis sueños, más admirable. Recuerda que me escondo en los pelitos de tu pecho, que recorro el trecho de tu ombligo al cuello de puntillas y que en cada poro paro y, de rodillas, extiendo mis besos por tu piel; eso me dijo. Y cada vez que yazco en el lecho siento todo eso y más sobre mi pecho. Oigo su voz dormido y también la oigo despierto. Si estoy triste, sus palabras se transforman en caricias de consuelo. Y si mi alma sonríe, las caricias son cosquillas que vienen del cielo. Es el amigo más fiel pues lo tengo viviendo en mi piel. Dulces son sus palabras y tiernos sus silencios, vive en el exterior pero yo lo llevo dentro. Su esencia ha calado en mí y ya no soy yo, soy otro, soy uno que son dos. Soy lo que siempre soñé, pues soy yo y soy mi amor. Y cada noche un suceso que no tiene explicación, un milagro, un hechizo, un conjuro, qué se yo, hace que mi cuerpo vibre de emoción, y me fundo en un abrazo hacia mi mismo aunque sé que no soy yo y oigo una voz que me susurra desde el interior: recuerda que me escondo en los pelitos de tu pecho, mi amor.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Enriqueces mi existencia

Querido amigo, con tu amistad, con tus imágenes, con tus respuestas, con tus sonrisas, con tus mensajes, con tus verdades, con tus mentiras. Por eso cada día me esfuerzo en aprender a conocerte: con mis imágenes, con mis preguntas, con mis sonrisas, con mis mensajes o silencios, con mis verdades o mentiras. Y ahora soy un poco mejor, desde que te conozco, aunque no era difícil serlo. Si yo fuera un plato, tú serías el aliño, y me darías el sabor, y sonreiría como un niño. Y esta sonrisa provocada, por una foto, por otra sonrisa, por, qué sé yo, una mirada, me hace crecer en bondad, me hace más feliz, y aunque parezca nimiedad, no lo es, es enriquecimiento del ser. Es entendimiento, es compartir el devenir, es ofrecer, es ser en otro ser pero sin dejar de ser, es expandirnos por el mundo, es ser feliz en otra piel. Por eso, querido amigo, tu sonrisa garantiza mi bien. Y seas como seas, cuando te conozco, en tu rostro veo un alma bella y, no sé si queriendo o sin querer, mi ternura se dispara hacia ella. Es tu vida en la distancia de mi felicidad la constancia. Por eso escribo para ti, para vosotros, para seres vivos y para seres sin rostro, porque, aunque la vida termine la felicidad sigue. Y es tanto lo que he recibido y lo que recibo que lo mismo es estar o no contigo porque tu amistad me ha enriquecido.

QUERÍA DECIRTE QUE

Tu pecho de poesía es mi escondite. Lo vi una vez y, ahora, cierro los ojos y lo recreo en el pensamiento, le hago respirar, me cuelo entre sus pelos. Una vibración de placer me inunda y voy nadando hacia tu rostro sonriente, sonriendo, soñando que este sueño en realidad se va volviendo. Siento tu aliento, te abrazo, es todo tan cálido y fantástico que mi piel se tensa, los pelos se erizan buscando más acercamiento. Oigo a tu piel hablar, pero la oigo desde dentro; un susurro interno me dice te quiero, adoro tu rozamiento. Sigo nadando hasta que alcanzo el beso. Nuestras lenguas conversan, están nerviosas, tienen tanto que decirse que deciden bailar primero. Mis manos pintan caricias en el lienzo de tu cuerpo y el aire se llena de versos, versos de amor que engarzan nuestros cuerpos. Y en mi escondite me encuentro; ahora mismo soy poesía, ahora mismo soy tu pecho. Y cada vez que respiras un poquito más te quiero