El traje

Me pides un beso, pero te voy a dar un millón para que te hagas un traje con ellos. Y así podré vestirte con mis labios y desnudarte con mis manos, a base de caricias y de abrazos. Vas a ser el más elegante pues tu desnudez es divina, y cuando mis labios te visten tu elegancia es supina. En la fiesta del amor serás el más admirado, pues tu cuerpo brilla solo por estar a mi lado. La fiesta del amor es muy concurrida, está plena de vida, tú y yo, dos mundos unidos, un amor inmenso, a veces incomprendido, otras tenso, pero siempre amor y siempre nuestro. Sin duda eres el más elegante, todos hablan de tu traje, hecho con el mejor material y con el cariño de la mejor calidad. Yo voy a tu lado por si hay que dar alguna puntada más, no sea que te enganches en algún sitio, que te roces sin querer y, de vez en cuando, voy dándote besos que vuelven a poner todo en su sitio. Hay una arruga en tu pecho pues te doy cien besos. Estoy pendiente de todo y, aunque no pasara nada, ni hubiera rotura ni el traje se empolvara, te daría unos besos más, aquí y allá, en la nuca, en la boca, en el cuello o en las nalgas. Tu traje va a estar siempre impoluto, y yo, sin dejar de darte besos ni un solo minuto

Oración

No voy a juntar las manos, ni a ponerme de rodillas. Sin embargo, con la pluma en la mano, escribiré que te amo. Es mi escritura una oración sincera, ni es petición, ni suplica, es otra de las formas del amor, su meditación, es un pensamiento lanzado al aire, propagado por los vientos, es mi escritura la oración del amor que se expande por el universo. Y sigo escribendo que no es solo deseo, que es mucho más, que es un vivir sin estar, un estar sin vivir pues el tiempo se para cuando te observo, y me pierdo en tu piel, en tus poros y en todos tus recovecos. Porque mi oración es un hecho, por eso todas las noches estoy contigo en el lecho y, si no estoy, lo imagino, y si no lo imagino lo pienso. No voy a juntar las manos pues tienen que acariciar tu cuerpo. No voy a apretar los labios pues deben llenarte de besos, no voy a ponerme de rodillas pues he de abrazar tu cuerpo. Mi oración es tan pura como nuestro sexo, por eso nada lamento, y todo el amor que genera nos pone contentos.

Ramo de estrellas

Hoy te traigo un ramo de estrellas para que veas que nosotros somos su polvo. Pero también somos su luz que brilla en la ditancia incluso después de su muerte. Así somos nosotros, así es nuestro amor, imperecedero. Hoy te traigo un ramo de estrellas porque brilla más que el de flor; así somos nosotros, así es nuestro amor, de brillo perpetuo. Toma el ramo, esparrámalo por el techo de tu habitación y genera espacio, deja volar a las estrellas que contienen nuestras ilusiones, obtendremos nuevas vibraciones que multiplicarán nuestras emociones. Sí, somos polvo de estrellas y, tal vez, las siguientes generaciones, nos vean brillar juntos por fin, y nos pondrán nombre, mira, esa estrella que brilla más que ninguna, es la estrella del amor, dirán. Y lo que ahora son pequeñas chiribitas en nuestros ojos, en un futuro serán grandes destellos surcando el cielo, alumbrando las nuevas relaciones amorosas, soltando orgones como rosas, esparciendo amor por el mundo, así será nuestro futuro desde la estrella del amor. Puedes estar seguro cariño mio, toma este ramo de estrellas y haz lo que te digo.