jueves, 25 de marzo de 2021

Patrimonio de la humanidad

Me declaro. Una maravilla del mundo que el mundo aún desconoce, pero todo llegará, o tal vez no. No me preocupa. El deconocimiento no hace que las cosas dejen de ser lo que son. Ni siquiera la mentira. Pero volvamos a la maravilla de mi vida. El goce es tan grande, la dicha tan inmensa y tengo tantas, tantas palabras para expresarlo que las ideas se acumulan, se aturullan formando tales bullangas que estallo en las carcajadas que generan las felices lágrimas que bañan mi cara. Que mejor manera de expresar que unas risas naturales que traen a mi rostro el color de lo feliz y a mis ojos un brillo alegre que hace que se oculte el marrón y resalte el verde como en un día soledado, donde mi piel se ha calentado expuesta a sus rayos de igual forma que cuando me expongo a tus manos, con sutil delicadeza y un ligero descaro. Maravilla acariciada, maravilla duplicada. De la humanidad soy patrimonio y a veces de la humanidad estoy hasta el moño. Es lo que tiene vivir maravillado que, en un pispás, vas de uno a otro lado, un de aquí para allá apenas sincopado, pero sigo siendo patrimonio, patrimonio ajetreado.

domingo, 21 de marzo de 2021

La habitación

Siempre que intento ordenar esta habitación acaba peor de lo que estaba. Parece que mande ella. Solo consigo cambiar las cosas de sitio. Los libros se amontonan por todas partes; a veces quito algunos de la mesa para poder trabajar mejor, pero terminan en un sillón, en la estantería o apilados en columnas en el suelo. Más que una habitación parece un mercado, es una habitación que está viva. No hay ningún sillón libre, todos están ocupados por montones de ropa, libros, comida empaquetada, bolsas y mochilas y demás. Solo hay dos sillas libres: en la que como y en la que leo y escribo. En el suelo ocurre lo mismo, la mitad del territotio es propiedad del perro y, la otra mitad, ha sido invadido por cosas: bicis, libros, zumos... Lo he intentado muchas veces, pero siempre que comienzo a ordenarla, de una u otra forma, la propia habitación me distrae. Aparece un libro en mis manos con algún recuerdo; lo hojeo, ese libro me lleva a otro, algo se me ocurre, me pongo a escribir, empiezo a mano pero luego cambio de opinión y lo escribo directamente en el ordenador; a veces, lo guardo, otras lo subo al blog, otras lo grabo en vídeo, pero la habitación sigue en desorden. La habitación siempre gana, ella decide, el caos reinante es de su gusto y yo no puedo hacer nada más que aceptarlo. También he de decir que ya me he acostumbrado y me gusta convivir con los gustos de mi habitación, no quiero discutir con ella.

sábado, 6 de marzo de 2021

Historia de una erección

Dicen que la aventura humana es la historia de una erección. Cuando los primates tuvieron que bajar de los árboles y comenzar a andar sobre sus patas traseras, volviéndose erectus, ese homo en el que se transformaron. La historia de cada individuo también es la historia de una erección, la de nuestro padre, que tuvo que ser sofocada por los labios maternos, como siempre la mujer rebajando las tensiones martitales, esos labios por los que nos deslizaríamos para aparecer en este mundo. Y la aventura de la vida irá variando de erección en elección. Tomamos decisiones, intentamos elegir cuando podemos y, un día, ereccionamos sin querer. A partir de ahí las decisiones las tomará una erección imaginada. Soñaremos con la erección hasta que un día nos abandone debido a nuestra mala elección. Y ese cuerpo aventurero que se erguía, que ereccionaba al mundo con su alegría, deberá rendir cuentas de su aventura y comenzará a encogerse. No será fácil asumirlo, siempre cuesta rendirse y, mientras nos vamos transformando en una pasa humana, una opción aparece rondando en nuestras cabezas, tal vez el pensamiento, el ánimo puedan continuar erectos, pero tampoco es seguro, no hay nada cierto. Solo nos queda cambiar la verticalidad por la horizontalidad y, por qué no, ereccionar a ras de suelo y de cuerpo entero y esperar, sosegadamente, a la nueva aventura.

miércoles, 3 de marzo de 2021

Espero

Un abrazo que mantenga viva la felicidad vivida. Los mejores recuerdos hechos beso. Los momentos más álgidos de placer condensados en una caricia. Una mirada tuya que desnude la vida, mi cuerpo, la alegría. Espero tu compañía, en mis sueños, en mis deseos, aquí cerca, a mi lado todo el día. Una conversación que provoque la risa continua y un silencio que la haga perdurar. Una comida que me excite, una bebida que transporte, un libro que me dé otra vida y un poema que me devuelva a mi lugar. Espero un universo entero, a tu lado lo espero, a tu lado lo quiero. Dudo mientras espero aunque ya empiezo a disfrutar. Aparecen lágrimas en mis ojos y espero que se hagan mar. Corremos desnudos a sumergirnos, sonreímos bajo mi llanto emocional. Nado a tu lado, nadas conmigo, nada lo puede evitar. Nos besamos con los mejores recuerdos, abrazándonos con la felicidad vivida y nuestras caricias de momentos álgidos de placer crean el futuro que vamos a ver.