miércoles, 17 de agosto de 2022

El amor vence a la distancia

Algunos dicen que no es posible, pero estoy convencido que hablan desde su escasa experiencia, sin conocimiento, de oídas. La distancia anula el sexo, el tacto físico, pero no el amor. Si el amor es más fuerte que la muerte, cómo no va a superar la distancia. El amor es como un tacto mental, un tacto psíquico, el tacto del alma. No necesito tener una persona a mi lado para poder amarla, de la misma forma que el amor por mi madre o mi hermana no ha desaparecido a pesar de estar muertas ambas hace años. Tengo amigos a los que amo y nunca les he dado un abrazo físico, ni un beso y, sin embargo, mi amor hacia ellos es enorme, es real, no son imaginaciones mías, como alguno quiere hacerme creer, porque puedo sentir ese amor. ¿Pero no sabes si te corresponden?, me dicen; no hace falta o, más bien, no es indispensable para que mi amor exista. El amor no necesita correspondencia, aunque siempre se agradece que la haya. El amor es como una termita con la distancia; poco a poco, va comiendo metros, achicando espacios, como diría aquel y, lo lejano o muy lejano, se va acercando de tal manera y siempre en consonancia con el amor, que acaba penetrándote: sí, la persona amada entra en ti a pesar de la distncia porque ahora habita tu corazón. Esa es la magia del amor. Puedes percibir el tacto como una ligera brisa, sentir el sabor en el paladar, la fragancia personal que te envuelve, sientes la compañía, la cercanía a pesar de la distancia y es cuando te percatas de la victoria del amor, y ni muerte, ni distancia, ni separación pueden perturbar tu sentimiento. Tu alma sonríe, su alma también, y se abrazan.