domingo, 11 de noviembre de 2012

Farandulero

Dicen que soy, entre otras cosas. Y qué remedio, tal cómo está el patio. Lo mejor es lanzarse al río de cabeza o, si no, mejor perderla, entre carcajadas, bailes y risotadas, entre grandes conversaciones que nunca conducen a nada. Un día vestir como un dandi y al siguiente como un mendigo, hacer cualquier cosa, lo que sea, para estar contigo. Y, las historias que ahora escribo, vivirlas a tu lado, los trances vitales, todos acompañados. Verle el forro a la rutina, y las bragas a la vida. Reír en los entierros, soñar en las esquinas, comer con los vecinos, jugar en la deriva. Sentir amor en las pisadas y en los semáforos ver hadas. Farandulero soy porque quiero darle más vida al niño que llevo dentro. Y la comedia que vivo compartirla con el mundo, transformando la tristeza en un disfrute rotundo. Insigne payaso común, farandulero de ir por casa, gracioso del tres al cuarto, comediante de barrio, dicen de mí que soy, y a mí me encanta mostrarlo. Farandulero por ti, farandulero de antaño.

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