domingo, 25 de febrero de 2018

Lo aparentemente insignificante

Va más allá del deseo. Es lo que quiero porque, sin quererlo, me habla de ti, del amor, del mundo entero. El detalle que capta mi atenta mirada, esa mirada del niño que habita en mí, que observa y aprende con todo, que mi mente amplifica y lee, que mi corazón traduce. Lo aparentemente insignificante es lo que mejor define. El mínimo gesto que me arropa con el cariño que nace en el instinto, es lo que busco, es lo distinto, que hace bello el instante que a otros pasa desapercibido. El detalle insignificante surgido del amor se hace un gigante y torna el mundo mejor. Por eso un mínimo gesto anima, una mirada sincera el horizonte ilumina, una caricia las dudas despeja, un abrazo no solo al cuerpo alimenta, también reconforta el alma, la calienta. Ese insignificante detalle, como el destello de sol que me ilumina en la sombra, que me alienta.