domingo, 13 de junio de 2021

El secreto al descubierto

Hoy pensaba en escribir, en el acto, en por qué a veces no sé puede ni empezar; la hoja en blanco domina, aturde, paraliza. Pero hoy entre lectura y lectura, pensaba en la escritura, en cómo se alimenta, como se genera. En mi caso sé que estoy escribiendo mientras leo, mientras pienso, leer y pensar son el combustible de mi futura escritura. Las experiencias también participan, pero creo que no tanto. Han de ser valoradas y tamizadas por la cabeza, el estilo y alguna cosa más. Y mientras pensaba me di cuenta de que la escritura es como el aire, como respirar, siempre están ahí, pero la mayoría de veces no los percibes, no te das cuenta de que estás respirando. El secreto está en saber en que uno escribe incluso cuando está durmiendo. La escritura es una nebulosa, un estado, un planeta, a donde se llega o accede abriendo los ojos de la imaginación, escuchando el silencio, disfrutando de la soledad. El secreto de la escritura está en empezar. Después uno se deja llevar. A veces hay que ir muy deprisa pues las ideas y los temas se mezclan, vienen todos embarullados, en plan festivo, en grandes grupos, y uno quiere poner orden auque a veces no es necesario porque el tema principal es el caos. Otras veces en las que parece que nada surge, el tema es la nada o el hastío, o la vida de mierda que vivo y escribo. Pero es curioso, una vez escrito disfruto lo vivido. Otras veces es todo tan bonito, bello y feliz que se te olvida escribir, pero no peocuparse, más adelante todo puede servir. La escritura recicla todos los momentos, es la plastilina de mi vida, una aventura en granos de arena que se juntan y separan dependiendo de qué hablan. El secreto es empezar, nacer y nada más.