sábado, 4 de junio de 2016

¿Para qué me sirve ahora mi alma?

Después de sufrir lo insufrible, no porque se tratara de mucho dolor, sino porque el orgullo, ayudado por las circunstancias, generó un dolor que nunca debiera haber existido, después de sentirme inquieto por la duda que, con el tiempo, ha pasado a ser una gran amiga y, tal vez, una de las pocas certezas de mi vida, después de todo esto y alguna cosa más, en mi alma ha salido el arcoíris de la armonía: la serenidad del alma todo lo cambia. ¿Para qué me sirve ahora mi alma? Para ver, para sentir, para ser feliz, para cantar a la vida con estupenda calma, para aprender que las cosas terminan, para... En fin, para todo mi alma.