jueves, 29 de febrero de 2024

El nuevo oráculo

Esta historia está llena de mentiras que también son verdades. La magia de la ficción es un lago donde uno se ve reflejado, se descubre a través de personajes inventados. Se identifica uno con seres que no existen. Puede que esos personajes inexistentes seamos nosotros mismos. El héroe que lucha y vence en todas las batallas es el obrero que madruga o el artista incomprendido. El héroe es el obrero que lucha por mostrar su arte, el artista que madruga. El nuevo oráculo no está en Delfos, está en el chino a la vuelta de la esquina, comenzó siendo un todo a cien y ahora es la tienda de Chien, un señor de burgos con los ojos rasgados por el conocimiento. Entras en la tienda con decenas de estanterías y miles de artículos y, al fondo, en el rincón más oscuro, hay una cortina donde la gente con dudas se para a preguntar al oráculo. Nadie lo ve directamente, pero todos intuyen que es Chien, pues nadie más entra y sale de la tienda. La gente hace sus consultas temerosa y el nuevo oráculo suelta sus perlas que son como semillas preñadas de sentido: la revolución del amor está al caer; prueba a cambiar tu pasado; mejor mil dudas que una certeza; han abierto un banco de cariño, por fin eres rico. Alguien dijo una vez que los oráculos no son lo que parecen. ¿Pero quién lo es?

Mi cabeza está llena de nombres de perro

Los perros nunca defraudan. Pueden estar años sin verte y se echarán a tus brazos como si fuera ayer, lamiéndote de felicidad por el encuentro. Lola, Lila y Lalo eran los tres perros de mi vecino gitano. Cuando los llamaba parecía estar cantando: Lo-la-li-la-la-lo. Siempre aparecían por el orden de llamada, iban y venían, daban vueltas sobre sí mismos, eran como un estribillo animal, sus nombres eran cantados y ellos bailaban fenomenal. También he conocido a dos perros llamados Kenzo que eran completamente no idénticos. Perros con nombre de persona, Luis, Ramón y un terranova negro y extremadamente brillante llamado Ernesto. Mil y una Lunas de todos los colores y tamaños. Un buen puñado de Blacky, todos negros menos uno de un borracho que me explico que lo llamó Blacky por el color, y cuando le dije que el perro era blanco, él decía que su perro era albino. Pancho, un labrador muy cariñoso que se alegra mucho al verme porque yo no le chillo. Su dueño está sordo y siempre le está chillando, a Pancho y a todo el mundo. Y hay un nombre que va saltando de mi corazón a mi cabeza, el rey de los argonautas, Néstor, mi alma perdida, mi fiel amigo que, a pesar de llevar un año muerto, sigo sintiendo su amor cada día.

miércoles, 28 de febrero de 2024

La clave está en los detalles

Estoy escuchando una canción y la forma de cantar el estribillo, aunque aparentemente no tiene ninguna relación, me recuerda a ti. Me pregunto por qué. Tal vez sea la idea que quiere transmitir la canción y mi cerebro, en su habitual juego de asociaciones, me trae tu imagen. La clave está en los detalles, me decía mi madre, y qué razón tenía. Como cuando un libro me lleva a otro y sufro al no encontrarlos en la estantería, hay tantos, voy hilvanando ideas, y de una canción que me recuerda a ti he pasado a una frase de mi madre. Sus frases eran como sus caricias, auténticos tesoros que se mueven por el tiempo y del pasado se materializan en el presente como una aparición bendita. La clave está en los detalles, me dijo un día, y me regaló una pajarita. Aún la conservo, es preciosa. Es un pequeño detalle que me transforma en poeta sin tan siquiera abrir la boca. La clave está en los detalles, en ese pequeño gesto, en tu sonrisa cuando brota, en esa felicidad invisible que puedo ver en tu boca. El detalle de amarte, el detalle de soñarte, el detalle de quererte en todas partes.

El extraño

Somos extraños para nosotros mismos. Desde que leí esta frase me ha perseguido con insistencia pues he podido constatarla varias veces en mi persona. A veces me descubría diciendo cosas a las que no daba crédito. Una vez dichas pensaba ¿pero cómo he podido decirlas? Con la edad también te das cuenta, recuerdas las ideas que tenías de joven, tus convicciones, tan sólidas y como grabadas a fuego en tu interior, han acabado todas perdiéndose por el sumidero de la rutina y el desencanto. Extraño en mi propio cuerpo. Me observo en el espejo y no me reconozco. Apareces tú y una mínúscula lluvia chispeante de amor cae sobre mi cuerpo y el extraño se diluye en una efervescencia de placer que creía perdida. Tú me reconoces, descubres mi yo o tal vez mi niño interior, tu amor me define, me envuelve, me da la nueva vida, me insufla la vitamina que me realiza. Todas mis palabras tienen sentido y las que no lo tienen ya no me asustan, ahora me da la risa. Gracias al amor el extraño ha desaparecido y lo natural ha venido. Eres mi descubridor y yo el hallazgo, o viceversa mi amor.

martes, 27 de febrero de 2024

Intimidad creadora

Estoy solo, creando un mundo en unas líneas o puede que en unas pinceladas. Mis colores son las palabras y tengo dos pinceles: mi lengua que las escupe y mi mano que las graba. La paleta de colores está en la mente, se nutre de la vida, de lo que siente, del amor por un mundo que a veces apesta pero que, con un pequeño retoque aquí y allá, puede ser maravilloso. Subido en una ola imaginada fantaseo con las burbujas de la espuma, donde veo las historias que estallan en mi cara dejando una humedad relativa donde antes no había nada. Me concentro en las burbujas. En una veo tu cara. Sonríes, lanzas unos besos, llenas de colores unos lienzos, un arcoíris en la cresta de la ola que surfeo mientras estoy escribiendo. Me quito la ropa y desnudo me reflejo en una burbuja que me absorbe. Cruzo mares, paro el tiempo, provoco una tormenta con mi pensamiento. Escribo lento y, al levantar la vista, tu sonrisa me recibe y tus labios me dan la bienvenida. Me das la mano y vamos en busca del ombligo del universo por toda la isla en la burbuja de la ola que compartimos. En la soledad de la intimidad creadora sólo han hecho falta unas líneas para estar contigo. Permanezco en la burbuja contemplando tu rostro y seguimos buscando el ombligo.

lunes, 26 de febrero de 2024

Desarrollar creativamente la personalidad

¿Dónde encontar los ejemplos a imitar? Desde pequeños, sin saberlo al principio, buscamos nuestra personalidad en actos de personas cercanas, familiares, profesores, amigos, pero también en el cine, los libros. Queremos ser aventureros, encontrar un tesoro en una isla, salvar a la princesa prometida, cambiar el mundo en definitiva. Pero la rutina social irá asesinando todas estas ilusiones, acotando nuestra creatividad y, si no nos damos cuenta, matándola o dejando mínimos residuos. Miraremos al futuro y todos nos dirán que escojamos estudios con salidas laborales, que busquemos mejorar, siempre económicamente, en el trabajo, progresar, ascender, el triunfo social lo exige, pero muchas veces, ese triunfo, aniquila la creatividad. Nuestro cuerpo se endurece, se forma una coraza que se adhiere a él y encarcela todo lo creativo. De ahí la importancia de conocerse uno mismo, de tener un pensamiento crítico, de saber qué se quiere hacer en la vida, de que el éxito está en el amor y la riqueza en los amigos. Y ahí aparece la lectura como fuente inagotable porque muchos de esos ejemplos a imitar son personajes de ficción, puede que alguno basado en la realidad, y tengamos que libar características de diferentes personajes que se lanzan a la captura de sus sueños en unas páginas que nos cambiarán la vida si somos capaces de destruir esa coraza que nos oprime. Descubrirnos en otros y crear y encontrar al ser que somos es el arte que debemos ejercer en esta vida.

La importancia revolucionaria de las palabras

Pensar en la palabra amor, por ejemplo. Suena melosa, empalaga, hay temporadas en que la gente, la sociedad dice que está sobrevalorado el concepto que se encierra en ella y cosas por el estilo. Pero si hablamos de la revolución del amor, si hablamos del amor para abolir la guerra, si pedimos amor y no paz porque queremos amar la vida, queremos ofrecer nuestro amor a las personas que nos rodean, deseamos disfrutar del amor de nuestras amistades, entonces, todo lo que empalagaba de la palabra amor desaparece. Porque el amor es una actitud ante la vida, nuestra rutina debe ser llenada de amor. Si cada día hago la comida debo hacerla con amor, mis actividades deben contener amor, he de cambiar el mundo con amor, sentir amor al escuchar música, al leer, al escribir... ahí es donde comienza la importancia revolucionaria de esta palabra, porque revoluciona, altera, transforma, modifica nuestra vida. Hay que dar un giro revolucionario a nuestras palabras más queridas: amigo, amor, arte, risa...Y así transformaremos el mundo desde las palabras, desde la voz, desde el pensamiento, desde el sueño, desde el recuerdo, pues las palabras habitan todo lo importante: pensar en eterno, pensar en silencio.

domingo, 25 de febrero de 2024

La máxima desnudez

Sin adornos, sin florituras, fuera máscaras, ningún parecía que, sin apariencias, descubriéndose uno mismo, conociéndose de verdad. Tu amor hace que yo me descubra, que sepa por fin quién soy y para qué estoy aquí. La máxima desnudez me ayuda amarte, a vivir con intensidad, a descubrir y conocer a los demás. Y esta desnudez que busco y encuentro sólo quiero vestirla con tu ternura. Todo lo que estoy sintiendo está siendo la mayor alegría de mi vida. Tu sonrisa es mi felicidad, tu amor es mi energía. Podría contemplarte en silencio durante todo el día o estar horas sin parar de hablarte. En tu presencia mi alma se desnuda, mi cuerpo se desnuda, mi mente se desnuda. Quiero que me conozcas como nadie me ha conocido, ni siquiera yo mismo. Pues es tu amor el que me está descubriendo y esta máxima desnudez que me provoca hace que me sienta renacido. Entre tus brazos me pierdo, entre tus sueños me busco, y la máxima desnudez se multiplica al estar nuestros cuerpos desnudos juntos, fundidos en una caricia constante, en un conocer profundo, en un abrazo que no es de este mundo. Y con mis besos pinto en tu cuerpo todo lo que estoy sintiendo: eres mi lienzo, eres mi mundo, eres la flor de mi jardín, eres mi cuerpo desnudo y yo tu alma desnuda, y juntos, los dos, en la máxima desnudez generaremos un mundo nuevo, un mundo de amor, un mundo desnudo.

No busques

No busques en los otros a tu mejor amigo porque tu mejor amigo tienes que ser tú mismo. La amistad es maravillosa pero no debemos actuar en nuestra contra imbuidos por cantos de sirenas que la sociedad arroja sistemáticamente a través de todas y cada una de sus estrategias capitalistas agonizantes y manipuladoras. No busques el triunfo y el éxito que todos codician y que constantemente se promociona si todavía no has hallado la paz interior. No busques compañia constante, distracciones y un sinfín de nimiedades si a estas alturas de tu vida aún no has aprendido a estar solo, a convivir y a disfrutar de la soledad. No busques desesperadamente al amor de tu vida porque se te hace tarde, porque crees que la vida se te termina, porque te da envidia un amigo o un vecino, porque todos lo tienen y tú no, porque el amor no se busca, el amor te encuentra cuando te das cuenta que vivir es amar, y no hace falta buscar debajo de las piedras ni a la vuelta de la esquina lo que todos los días aparece en tu vida sólo con el despertar.

El taller

Bienvenidos. Hoy en el taller vamos a construir un mundo mejor. Los materiales son el mundo, la voluntad, la actitud y mucho amor. No son muchos materiales aunque sí muy importantes. Para que todo salga bien necesitamos de vuestra cooperación, cuantos más seamos, mejor quedará el mundo. Cualquier amigo vale como cooperante. Tenemos poco tiempo, o mucho, o puede que el tiempo ni siquiera exista, pero la satisfacción de dejar un mundo mejor del que hemos encontrado es impagable. Puede que también tengamos que usar la imaginación y derrochar un poco de fantasía, ya que la realidad es tan real que contamina. Tener y predisponer los ojos para ver lo maravilloso de la vida en lo cotidiano, en la rutina diaria, en las relaciones habituales, en todo lo que haces ahora de una forma mecánica y, tal vez por ello, nos pasa completamente desapercibido. Volver a tener la visión del niño que fuimos. Dar besos con sentido y abrazos con cariño. Sonreír con la mirada, dialogar con los gestos, disfrutar del paisaje en silencio. Aceptar tanto un día soleado como de lluvia y disfrutar de ambos. Soñar despierto y dormido, intercambiar ternura, regalar caricias. Poco a poco el mundo irá mejorando a nuestro alrededor y nos lo agradecerá con plantas más hermosas, frutos más dulces, personas más lindas y una vida más honrosa. Hasta la próxima amigos, y no se olviden de la revolución del amor porque es esencial para la alegría diaria que nos da la vida.

sábado, 24 de febrero de 2024

Intimidad, comunión y fluidez

Te veo y me siento a gusto, nuestras almas comulgan, la intimidad que me proporcionas me da la vida y surge la fluidez creativa. La confianza nos permite hablar de cualquier cosa o incluso permanecer en silencio, hay plena libertad y mucho amor. Mi vida se alegra cuando te veo, cuando te sueño o te imagino. Habitas mis ilusiones, mis pensamientos y mi corazón. La revolución del amor acaba de empezar. Conocerse a uno mismo, estar dispuesto a amar, cambiar el mundo a través del amor, tener una vida mejor, plena, resucitar a nuestro niño interior para poder sentir la curiosidad, la sorpresa de la vida. Formar un club de la caricia, un museo vivo del beso, impartir cursos, charlas, conferencias sobre el abrazo perfecto y muchas clases prácticas. Te veo y la existencia se me hace llevadera, te escucho y me parece maravillosa, te siento y pienso que es perfecta. Comulgan nuestros cuerpos desnudos, intiman, conversan. Tu ternura fluye por el mundo y me alcanza en un segundo y, gracias a ti, sé quien soy.

viernes, 23 de febrero de 2024

Todos y uno

Todos queremos ser amados. Amar resulta un poco más difícil, que nos amen es lo sencillo pero ¿cuánto durará? No podemos controlar ni dirigir el amor de los demás hacia nosotros. El tiempo me ha demostrado que, la mayoría de veces, las cosas difíciles son las que valen la pena. Y lo más difícl es amar sin buscar correspondencia. Si viene, bienvenida sea, pero si no, debemos seguir amando. Todos queremos ser amados, pero ¿todos queremos amar? No me tomo el amor como un estado, como un estar enamorado. El amor es mucho más. El amor es una revolución que nos está esperando, es el futuro, hagamos que también sea el presente. Sólo soy uno y no creo que sea capaz de amar a todos, pero sí de amar a mis amigos. La amistad requiere del amor para existir. El amor que siento es revolucionario porque cambia mi mundo, es un amor creativo, un amor que no conoce las distancias, que las supera, que se cuela por el mundo digital y transforma la vida en fenomenal. Un amor que alimenta mis palabras para que, cuando sean leídas o escuchadas, moléculas amorosas revoloteen por el ambiente, como el perfume de un ambientador, nos hagan pensar, expandan nuestro corazón, y volvamos a tener la necesidad de amar para hacer nuestra vida mejor.

Los errores

Todos los cometemos. De hecho hay muchos comunes que se repiten desde el origen de la especie hasta nuestros días. No hay corrección, todos los cometemos siempre. El problema no es el error en sí sino no saber que lo estás cometiendo. Cuando los viejos te hablan para que no cometas sus errores, los jóvenes no hacen caso. Cuando los jóvenes se hacen viejos se dan cuentan de su error y quieren solucionarlo dando consejos a los nuevos jóvenes, pero todos hemos de cometer errores y también ser capaces de solucionarlos. Otro error que cometemos es creer que la edad da sabiduría y experiencia, cuando la realidad es que da senectud y muerte. Hay personas que los mismos errores les acompañan toda la vida porque nunca consiguieron darse cuenta de su presencia. Un error muy grave que cometemos es echar la culpa a otros de nuestros errores. Cada uno que busque sus ejemplos personales, seguro que encuentra, y muchos. Esta manía de echar la culpa al otro es el sinónimo del error de dejarnos engañar siempre, incluso por nosotros mismos -el famoso auto engaño-. Los errores pueden enseñarnos y, si así es, en nuestra voluntad está la posibilidad de no volverlos a cometer. ¿Qué haríamos en una vida sin errores? No lo sé. Posiblemente una vida sin errores sería un absoluto error.

jueves, 22 de febrero de 2024

El triunfo

Ver como se genera una sonrisa tuya a escasos milímetros de mí. Nuestros dedos se rozan. En el pensamiento bullen cientos de cosas. El instante está comenzando, el roce es el preámbulo de una vida maravillosa. Nuestras chiribitas se confunden y se funden, danzan en el interior de nuestras miradas como pequeñas hadas alocadas que alegran todo lo que tocan y lo que evocan. El triunfo de este instante es comprobar que, a pesar de todo, la vida ha valido la pena por algo tan aparentemente insignificante pero que lo contiene todo: estás tú, a mi lado, siento tu tacto, respiro tu aire, veo el placer que sale de nuestros ojos, tu silencio me habla, tu corazón palpita con mi ritmo, mis labios saben a ti, hay música en todos tus poros, el amor nos envuelve. El triunfo es darte mi desnudez que tu aceptas como un tesoro, conocerte, amarte, sentir tu arte. Aposentar mi cara en tu pecho, dormir el día entero, el triunfo es tu abrazo, tu susurro, tu gemido cooperando con el mío para revolucionar el mundo. Tu mano en mi mejilla, nuestros labios que se buscan, dos ombligos conectados. Ese es el único triunfo.

La desnudez

Cada vez me encuentro mejor en ella. Me veo reflejado en la desnudez de mis amigos. Las pieles me hablan, me susurran al oído, quieren estar conmigo, sentir mi tacto, crear una caricia o un beso en un ombligo. La desnudez es la vida sin tapujos, sin secretos. Conversar desnudos, compartir el silencio como vinimos al mundo. Disfrutar de la visión de un cuerpo que respira junto al nuestro, disfrutar del amor desnudo. Porque el amor sólo se viste a besos, se engalana con caricias, se disfruta con abrazos y con mimos. Es la hermosa desnudez que compartimos lo que me alegra esta vida que vivimos. Ver tu pecho acompañado de una sonrisa, tu cuerpo dormido, sus curvas divinas, oler tu desnudez que hacia mí se encamina. La desnudez es el regalo de esta vida, la dicha para mis ojos y, para mi corazón, la alegría. Disfrutar de la visión de tus pelos contoneándose por una pequeña brisa, dos dedos sobre tu piel, un ligero contoneo, la piel de gallina, una lengua que humedece, un pequeño escalofrío, unos labios calientes que contactan con el centro de tu mundo, tu divino ombligo.

miércoles, 21 de febrero de 2024

Serenidad placentera

Sumido en ella, en una serenidad placentera me encuentro, aposentado en mis ensoñaciones te veo, protagonista de todas mis alegrías, no hay instante en el que no te imagine. Desde que te conozco vivo en un gozo constante y profundo, tu amor ha calado en lo más hondo de mi mundo. Busco los pliegues del planeta, acercarme a ti en un segundo, dejar de ser anacoreta, rozarte con los dedos y hacerte ver el cielo con mis besos, compartir mi serenidad placentera con el protagonista de mi mundo, con el artista de la ternura que disfruto y en la que me fundo. Voy de pliegue en pliegue como si fuese un fuelle o, tal vez, un acordeón, pues una música de fondo sale de tu corazón y entra por mis poros llenándolos de emoción. Danzo entre las nubes en la playa o puede que sea un río o, quién sabe, a lo mejor es solo tu ombligo que ha crecido para que yo me bañe y chapotee, y baile. Nado hasta tu pezón izquierdo donde está la isla corazón buscando cobijo, calma, serenidad placentera, y ahora tuya es mi alma y la alegría nuestra.

El viaje

Lo había estado preparando desde hace mucho tiempo. Cuando conocí a la empresa me dijeron que eligiera un destino, cualquier destino. No tuve que pensarlo durante mucho tiempo. Lo escribí en un papel y se lo mostré. Sonrieron ligeramente y asintieron con un leve movimiento de cabeza. Mañana será el gran día, dijeron. A pesar de que la preparación del equipaje era relativamente sencilla, estaba nervioso. No necesitaba llenar ninguna maleta, ni mochila, ni nada, el único requisito era desnudarme. Apenas pude dormir la noche anterior al viaje; me pasa siempre, en todos los viajes. Decidí untar mi cuerpo con crema hidratante. Lo hice despacio, meditando con cada caricia, no dejando ni un milímetro sin untar. La noche estaba siendo larga y este pequeño ritual consiguió apaciguarme un poco. Llegó la hora. Estaba listo. Seguí todas sus indicaciones. Me desnudé y entré en ese pequeño habitáculo. Cuando se encienda una luz morada habrá llegado a su destino. No tardó mucho en ocurrir. Todos y cada uno de mis pelos estaban como electrificados, bailando como pequeñas algas en un fondo marino; era una sensación muy agradable. Por fin estaba donde quería estar. Lo visité todo. No dejé un rincón sin visitar. La vista, el oído, el tacto, sobre todo el tacto, el olfato, todos mis sentidos se llenaron de auténtico placer. He estado en tu cuerpo y ha sido maravilloso.

martes, 20 de febrero de 2024

Formas de decir te quiero

Me gustan todas tus formas de decir te quiero. Cuando lo escribes y lo leo. Cuando me miras en silencio, sonriendo, con un brillo extra fuerte en tus ojos y los poros bien abiertos, para que un eco silencioso y ensordecedor me haga temblar de amor. Cuando lo pronuncias, porque ese te quiero viene volando hacia mí, y me acaricia y me hace sonreír. Me gusta cuando dices te quiero con tus fotos hermosas, con tus posturas eróticas, con tu mirada tímida, con tu voz rota. Cuando me miras de reojo y lanzas un te quiero rápido, entre parpadeos. Me gustan tus formas de decir te quiero en sueños; a veces, a gritos y, otras, casi sin pronunciarlo, sólo con vocales, con la boca abierta, como un pequeño bostezo. Me gusta como me dices te quiero con los dedos, con sigilo, flotando por mi piel, creando un halo placentero. Cuando cantas en la ducha, y lo dices mientras el agua corre por tu pecho. Cuando lo piensas tan fuerte que desvelas mi sueño. Cuando caminas orgulloso después de darte un beso, cuando bebes y me miras, cuando comes pensando que me comes, cuando pícaramente sonríes presintiendo lo que vendrá luego. Todas tus formas de decir te quiero son un mundo, el mundo que yo quiero.

Si no existiera el amor

Habría que inventarlo. Porque para vivir, como el aire, es necesario. Si no existiera el amor, ¿de qué me serviría conocerte? ¿Para qué se usarían las caricias y los abrazos? ¿Qué haría con este montón de besos que tengo pensado darte? Si no existiera el amor lo bonito no tendría sentido, no habría descubierto la belleza poderosa de tu ombligo y, tu ternura, que tanto me fascina, ahora no estaría conmigo, adornando todos mis pensamientos, siendo la esencia de lo que imagino. Si no existiera el amor, buscaría una pócima, haría un hechizo, suplicaría a una bruja, pediría un milagro, viajaría al centro de la tierra, investigaría en el espacio, removería el mundo entero y, al encontrarme contigo, te convencería para crear algo nuevo, natural, libre de daño. Nos desprenderíamos de la ropa, nos daríamos un baño, tomaríamos el sol, nos rozaríamos sin querer y luego queriendo y, más tarde querríamos más. Al día siguiente nos buscaríamos pues nos gustaría seguir queriéndonos. Volveríamos a bañarnos y en medio de un juego lleno de cosquillas, risas y rozamientos descubriríamos lo que es un beso, y otro, y otro, y, casi sin pretenderlo, excitaríamos a nuestros cuerpos, descubriendo el amor en la playa, a la sombra de una higuera en la esquina de cualquier huerto, en tu casa o en la mía, en la montaña o en el puerto. Si no existiera el amor lo inventaríamos de nuevo. Cada día, cada hora, cada instante.

lunes, 19 de febrero de 2024

Me haces sentir

Te veo y haces que mi corazón vibre. Me miras y el gozo se extiende por mis poros. Me hablas y tu ternura me alegra la vida. Me haces sentir tanto que cuando pienso en ti, un escalofrío apasionado recorre mi cuerpo como si fueran tus dedos deslizándose sobre mi piel. Cierro los ojos y una brisa tenue se acerca con el mayor de los sigilos, generando una bruma que se concentra justo al lado de mi oído y estalla, provocando un susurro: es tu voz la que escucho, es tu amor el que oigo, son tus palabras las que me desnudan y me llevan al éxtasis, el placer me desborda, millones de colores inundan la visión que tengo, y te sigo sintiendo, sin tener ya palabras para decir lo que me ocurre por dentro. Me haces sentir tanto que ni los diccionarios pueden explicarlo. Un rayo de sol ilumina mi cuerpo, una gota de sudor placentero recorre mi piel a la velocidad del amor con la imagen de tu rostro en su interior. La gota avanza por mi pecho, pasa por mi ombligo y se dirige a mi sexo. No sé cómo, no tengo explicación, pero después de gemir, de sentir, de vivir en un instante todo el placer de una vida, la gota asciende hasta mi boca, roza mis labios, se aposenta en mi lengua, y otra lengua aparece y danzan como en una fiesta. Me miras y mi alma se derrite, tu ternura me da fuerzas y en el pensamiento nos amamos hasta que llamas a mi puerta. Un abrazo nos funde y, de tanto sentir, allí nos quedamos a vivir.

Un gramo de futuro

Toneladas de pasado no son nada al lado de un gramo de futuro al lado tuyo. Por eso construyo en el silente presente ese gramo mágico que me espera con todo el amor del mundo. El pasado sin duda es importante, nos hemos realizado en él y, alguna vez, vuelve para recordárnoslo. Pero este presente al que muchas veces no prestamos atención, pues miramos a los lados, al pasado y al futuro, repitiendo lo que ya es inamovible o ansiosos de vivir algo antes de tiempo, como digo este presente, este instante en el que escribo, en el que lees o me oyes, es el momento crucial para construir este gramo de futuro que, de seguro, me llevará al lado tuyo. La esperanza me insufla el ánimo para construir en este acto creativo, con la cooperación del conocimiento, con la magia del momento, con el poderío del amor y con mucho tiento, un futuro soñado que aún ha de ser creado, que, tal vez, ya estemos incubándolo sin saberlo, y nuestra mente está generando en todos sus actos nuestro futuro encuentro. Me encamino con alegría hacia ese maravilloso día donde el gramo de futuro resquebraje su cascarón y aparezcas antes mi ojos pues ya estás en mi corazón.

domingo, 18 de febrero de 2024

Arroja la brisa

Un frescor divino que me arranca gemidos de placer. Nunca antes había ocurrido, tal vez sea mi destino, pero la brisa llegó cuando en ti pensé. El aleteo de unas mariposas me embriaga. Llegan volando hasta chocar en mi boca. Son las mariposas-beso que, desde mi boca, van de regreso a la guarida de tu cuerpo. Toda la naturaleza se ha confabulado para que nuestro amor triunfe y, más pronto que tarde, esté a tu lado, labios y pestañas en un roce inusitado, provocando un cosquilleo casi idéntico al aleteo de las mariposas-beso. Se desprende del aire una música que impregna todo mi cuerpo. Viene con un mensaje de amor desde un mundo nuevo. Arroja la brisa un chorro de tus besos que se deslizan por mi piel con un suave ronroneo. Los rayos de sol tienen la textura de tus dedos. Un pájaro se posa en mi hombro y canta con tu voz dulces secretos. Arroja la brisa tus caricias que visten mi cuerpo, excitado y caliente, lleno de placer intenso. Las nubes escancian su lluvia y cada gota es portadora de la esencia de tu cuerpo. La naturaleza es sabia y ha creado un juego para hacer de nuestro amor algo eterno. Brisa, sol, lluvia, cantos de amor de una historia que parece un cuento. Arroja la brisa tu cuerpo encima de mi cuerpo.

Una persona, una esquina

Sólo soy una persona en una esquina observando a los que caminan. De repente apareces en mi pensamiento y todos los caminantes con tu rostro caminan. Observo sin ver, pero veo mis sueños. Soy la persona en la esquina que te sueña despierto. Oigo tu voz que me canta y se dibuja mi sonrisa. La calle se llena de ternura y los muros blancos de maravillosas pinturas. Todos caminan con tu rostro, y me abrazan, y me besan, y de mi corazón sale otro. Somos dos personas en la esquina, abrazados, soñando el uno en el otro, fundidos en un beso, llenos de amor, flotando por el universo, pintando estrellas, coloreando nubes, recitando versos entre beso y beso.

El mundo interpretado

Es el que necesitamos para sentirnos cómodos, para sentirnos como en casa. Es como entrar en un teatro, donde vas a reír y si, por casualidad, lloras y sufres, será por sufrimiento ajeno e inventado. En el mundo interpretado los culpables siempre son los otros, porque la interpretación de la que hablo surge del auto engaño. No es un mundo que se descifra sino un mundo en el que se actúa, por eso la verdad ha pasado a un segundo plano, la verdad se construye, se fabrica, como cualquier otra cosa, y hay verdades para todos, no importa que sean verdades dispares ni que se contradigan porque la verdad única ha muerto, no satisfacía a casi nadie. En el mundo interpretado prima lo inmediato, lo voluble, lo que se acopla a mis gustos de este instante. Y también hay normas, pero para el resto, no para uno mismo. Siempre exigimos lo que nosotros incumplimos. Pero aunque te sientas como en casa en el mundo interpretado, nunca es un sentimiento profundo, nunca el sentimiento ha calado, sino que se olvida rápido. Por eso el amor nos hace daño, porque en el mundo interpretado todo es goce, juventud, placer, un paraíso que si perdemos decimos que el amor se ha acabado. Y si el amor dura toda la vida en el mundo interpretado es, posiblemente, porque ni siquiera ha comenzado. ¿Qué hacer? ¿Cómo vivir lo soñado? ¿Cómo buscar la verdad en un mundo construido por mentiras dichas a diario? Desaprendiendo, comprobando, dándole al mundo la mano, escuchando lo que nos dice con sus actos, sin interpretar, cooperando, amando de verdad, amando con la verdad y sin dejar de soñar.

Allá donde voy

Te llevo, porque en mi corazón está tu espíritu que revolotea, que canta, que baila y que parlotea. Allá donde voy, vamos, de la mano, volando, en un sueño o caminando. Siempre contigo mi alma planea en un cielo libre de espanto. allá donde voy te veo, te siento, te vivo, te palpo y, en donde tú estás, ocurre otro tanto. Es nuestro amor viajero y recorre el mundo entero y aunque siempre juntos, siempre nos estamos buscando. Allá donde voy es a tu pecho, a reposar mi cabeza y a escuchar tu palpitar, y me agarro fuerte a tu cuerpo pues me hace levitar. Allá donde voy esa tu encuentro, a vestir tu desnudez con mis caricias y mis besos.

miércoles, 14 de febrero de 2024

Soy bello

Porque tú me ves así, porque quieres que lo sea. La belleza reside en ciertos actos, en gestos, en movimientos, en palabras que despiertan sentidos y sentimientos. El amor construye la belleza verdadera. La belleza no está en lo que maravilla a todo el mundo, es un cóctel de ternura, de alegría, de pureza, de amor y de vida. Soy bello porque te amo con la alegría que me brindas, soy bello porque contemplo tu sonrisa, porque sueño tu abrazo que me contagia la vida llena de esplendor, porque tu arte me envuelve y me siento mejor. Para ti soy bello porque lo quiere tu amor. Tu esencia ha calado en mí y no es que viva sin vivir en mí, es que vivo porque estás en mí. El amor que siento es producto de tu alegría y mi alegría la crea tu amor. Mi belleza está en tus ojos y tu amor en mi corazón. Soy bello porque tu alma transporto, porque a tu espíritu me fundo y con él me confundo, por eso siento lo que sientes, sentimientos entreverados que nos mantienen cerca. Y en los sueños, como de costumbre, nos amamos e imaginamos tan fuerte que la realidad hemos creado y es todo tan bello que hasta yo soy bello.

Cada día es el día

¿Hay un día especial para disfrutar de la amistad, un día escogido para amar? ¿Tenemos acaso un día para respirar? Cada día es el día porque el amor es lo primordial. Sin aire no respiras, sin agua no sobrevives, pero sin amor no hay vida. Por eso cada día es el día del amor, tengas o no pareja. Porque uno puede estar enamorado de la vida que a veces duele, como dice la canción, enamorado de los libros, amando a los amigos, enamorado de todo lo que haces porque todo lo haces con amor. Si esa fuera la premisa viviríamos mucho mejor. Pero el sistema intenta hacernos olvidar, nos despista constantemente, nos obnubila con apariencias y espejismos, con banalidades de suma importancia. Pero no debemos olvidar que si existe una máquina perfecta es la humana, sólo y exclusivamente cuando su misión principal es amar. El amor es el motor que todo lo pone en movimiento. Escribo por amor, leo por amor, amo para vivir el placer de existir, para conquistar la vida y hacer que la alegría se expanda a todas y cada una de mis amistades. Amo para vencer a la muerte, para sentirte cerca sin importar dónde estés, para verte sonreír a pesar de todo. Amo porque cada día es el día del amor.

martes, 13 de febrero de 2024

El amor es el regalo

A veces tengo dudas. Siento la vida como si estuviese en la cuerda floja, miro hacia abajo y sólo veo el vacío. Pero entonces recuerdo todos los instantes maravillosos: haberte conocido, haber soñado contigo, llevarte en el pensamiento, dándote cobijo en mi corazón donde siempre estás conmigo. La vida es un regalo donde hay mucho lazo superfluo, mucho papel que lo envuelve que acabará en el olvido, una caja con muchas apariencias, pensando siempre en el qué dirán, y, en el fondo, entre mucho papel celofán y gomaespuma de relleno, está nuestro amor: brillando, palpitando, dulce, tierno y fuerte a la vez. Una vez encendido, nada puede apagarlo. Ahí agazapado, en el fondo de la caja, el amor nos observa y, en momentos de tristeza, brilla con una potencia extrema, y se refleja en la luna y sus destellos se propagan, y un arcoirís aparece en la lágrima que corre por mi mejilla y que está a punto de alcanzar mis labios, la capturo con mi lengua, sabe a ti y tu sabor me corta el llanto, mi corazón se alegra, las dudas se disipan. Te amo tanto que nada puede hacerme daño.

La noche estrellada de un beso

Era de día cuando nuestras miradas se cruzaron, compartieron su brillo, se hechizaron mutuamente. Tus pezones miraban a los míos, se rozaban, conversaban con gemidos. Nuestras manos viajaban por los cuerpos, deslizándose como por un camino helado, con tiento. Cuando nuestros labios decidieron crear un beso, una noche estrellada apareció en el cielo. Teníamos los ojos cerrados pero las estrellas iluminaban nuestro beso. Era de día, además un día bastante soleado, pero la noche estrellada de un beso que habíamos creado se transformó en el mayor acontecimiento de aquel día de verano. Gente en la playa, niños jugando, reflejos de sol en el agua haciendo espejos naturales en la superficie que ondulaba captaban imágenes de la noche estrellada de nuestro beso y, durante unos instantes, se expandió por el universo. Era una fiesta para los sentidos, la gente se contagiaba y comenzaba a besarse o a contemplar la noche estrellada del beso, la sensación era la misma. Esas estrellas contenían los besos que aún no se habían dado, los besos soñados, los besos sentidos al ser imaginados. Era de día y todo se llenó de estrellas.

lunes, 12 de febrero de 2024

Vendido al pasado

Hay una música que suena en la cabeza de mucha gente, con un único estribillo: cualquier tiempo pasado fue mejor. Uno no se da cuenta, tal vez lo haga sin querer, pero un ligero traspié, un problema que nos cae encima como una neblina densa y lenta pero constante, nos hace ver en el pasado el paraíso. Pero ese pasado que vemos lo vamos moldeando, como hacemos siempre con los recuerdos, por eso siempre el pasado nos parece mejor. Y los problemas nos hacen saltar del pasado al futuro y, sin apenas darnos cuenta, nos olvidamos del presente, nos olvidamos de vivir. Porque el pasado no puede vivirse dos veces, ni el futuro adelantarse, pero sí podemos quedarnos estancados, sujetos en las arenas movedizas de un pasado al que nos hemos vendido para construir un personaje que nunca ha existido, ese yo que vendemos con palabras inventadas y al que acabamos rindiendo pleitesía porque parece alegrarnos fugazmente de cara a la galería. Hemos sido educados para esconder el dolor, para sonreír al extraño, para mostrar alegría aunque sea mentira. Pero ese pasado al que una vez estuve vendido se ha ido. Ha dejado sus posos, eso sí, y, posiblemente, haya construido un futuro que aún desconozco. Así que abro la puerta del presente con valentía, cada día, como una nueva aventura, buscando amor debajo de las piedras, intentando corregir lo que me desespera de mí para que el amor que busco me encuentre, y esos amores dispersos encuentren la sinergia que nos salvará la vida, que nos comprará al pasado y, a partir de ahora, seremos sólo presente, sólo regalo.

domingo, 11 de febrero de 2024

Los surcos

En los surcos de mi piel está tu historia, una historia de amor aún no vivida. Como un vinilo humano llevo grabados los asuntos de amor aún no vividos pero sí soñados. Todo lo que hemos imaginado está en mi piel. Si un ciego pasase sus dedos sobre ella podría leer nuestro futuro. Los surcos contienen imágenes de recuerdos aún no nacidos, de recuerdos sólo imaginados por las mentes de unos niños. Esos niños que fuimos, que en mitad de un charco navegaban por un océano con mareas y tormentas de diversión y aventura que más tarde serían castigos que habrían valido la pena. En los surcos de mi piel hay una música que suena con el roce de tus yemas, y el perfume que desprendo inhalas cuando te acercas, te embriagas, disfrutas de todas las esencias, limpias mis heridas con tu lengua y yo te canto, con susurros primero y cuando llego al estribillo, son gemidos de placer al ver brillar en tus ojos el amor que había escrito en mi piel.

La esencia del beso

Soy la esencia del beso que aún no se ha dado. Siempre pensando en el climax de nuestro encuentro. En entrar en ti, en sentirte dentro, en ser el viento que apacigua tus lamentos. Aposento mis labios en los tuyos, queda tu sabor en ellos. Lo noto mucho después, al humedecerlos con mi lengua. Tu sabor reinicia el momento del encuentro que se hace eterno. ¿Es un único beso que se repite o infinitos besos? Qué importa la cantidad cuando soy la esencia del beso. Frecuento los besos soñados, los mandados por el aire, soy la brisa que llega a tu lado repleta de besos y forra tu cuerpo con ellos. Soy lo más importante, la naturaleza del beso y, para ser esencial, necesito estamparme en tu cuerpo. Ser beso, su esencia, es eso, un amor compartido, un contacto eterno que fluye, que atraviesa mares e infiernos y tras una y mil aventuras llega a la verita tuya a saborearte como lo que eres, la obra de arte de este beso.

Hambre de inmortalidad

¿De dónde surge? Un mundo horrible, lleno de guerras y de dolor, de trabajos mal remunerados, de zancadillas a la vuelta de la esquina. ¿A qué se debe este hambre de inmortalidad? De joven no me gustaba la esperanza, quería las cosas ya, no había tiempo que perder. Pero con el tiempo te vas dando cuenta de que la esperanza es un riesgo que hay que correr. De eso se trata la felicidad, de tener esperanza. Y aunque el mundo sea horrible tiene sus destellos de grandeza. Y cada persona es un mundo. Y el amor en el que me zambullo me hizo ver en tus ojos que me hace falta mucho tiempo para quererte. El hambre de inmortalidad se debe al amor, por eso el amor es más fuerte que la muerte. Y cuando te estoy queriendo pierdo la noción del tiempo, me hago inmortal. Soy la pintura, soy la canción, soy el verso que llega hasta tu corazón. Quiero quererte con la palabra, ser el aire que respires, amarte a través del arte, sentirte en la contemplación, fundirme con tu espíritu, ser tu oración y tú mi dios. Este hambre de inmortalidad que me invade es una explosión de amor. Estallan todos mis sentidos sólo de pensar estar contigo.

sábado, 10 de febrero de 2024

La sombra silenciosa

Avanza una sombra silenciosa que nos sigue desde niños. Sentado en el sillón de lectura nos despista la cortina que oscila levemente, como si una pequeña brisa entrara por la ventana que, ahora, te percatas que está cerrada, pero crees haber percibido una silueta que cruzaba por delante. Tu corazón se acelera. La explicación que has construido en tu cerebro te empieza a dar miedo. La cortina se vuelve a mover. La sombra se para justo delante de la ventana. Cierras el libro. Te acercas a la ventana y la sombra desaparece. Tú no la ves pero ahora está detrás tuyo. En silencio, como hace siempre. Intuyes que está detrás, pero no quieres girarte. Estás harto de este juego. ¿Cuándo va a terminar todo esto? Te acercas a la lámpara con intención de apagarla, pero te corriges en el último momento. Tus labios se arquean ligeramente. Vuelves a la ventana, bajas la persiana de golpe y, después, enciendes todas las luces. Respiras hondo. Te sientas. Disfrutas unos segundos y continuas con la lectura.

La terraza

Estás sentado en una terraza de un bar muy frecuentado de una gran ciudad. No es hora punta pero como si lo fuera. Chorros de gente van en todas direcciones. Durante varios minutos vas escogiendo caras, cuerpos, gestos que te llaman la atención, te entretienes observándolos hasta que un recuerdo se abre camino en tu interior. Tal vez una de esas caras observadas lo ha provocado. Tu atención se fija ahora en el recuerdo y pierdes la noción de tu exterior. Estás completamente inmerso en el recuerdo. Tu peinado es distinto, sonríes, suena una música olvidada; estás a punto de tomar una de las decisiones más importantes de tu vida, o eso crees. Se apagan las luces, suena una alarma, la gente chilla, hay una luz en el fondo, anaranjada, y mucho humo. Crees que estás analizando la situación y sopesando los pros y los contras pero aún no has reaccionado a lo que ocurre. Alguien te empuja y caes al suelo. Varias personas tropiezan contigo. Comienzas a toser. El humo lo inunda todo. Fundido a negro. Sonidos de sirenas de ambulancia, parece que ha salido el sol pero es solo la luz de una farola. Estás tendido en el suelo y alguien sopla en el interior de tu boca. Abres los ojos y ves a una persona que te sonríe vestida de bombero. Te acaricia la cara, retira tu pelo de la frente y te pregunta cómo estas. Intentas contestar, sonríes con la mirada y el bombero te da un beso. Tengo que dejarte, me necesita más gente. Alguien sale del interior del bar con un vaso en una mano y un plato en la otra mientras tu te levantas. Se acerca a ti y te pregunta si te vas, si se queda libre la mesa. Le miras, es él, le besas. Sí, me voy ya. Quédate, te dice con la mirada. Y te vuelves a sentar.

viernes, 9 de febrero de 2024

Fundidos

Somos espíritus fundidos, el uno al otro. Por eso te siento como si estuvieras aquí. Almas entrelazadas que habitan a la vez dos cuerpos. Cuerpos que viven varias vidas, como el buen lector que hace suyas las vidas leídas. Fundido al amor, fundido al amigo, soy un niño empático que vive a sus amigos fundido. Torbellino de amor, espíritu hiperactivo, voy a la vez por mil caminos, sintiendo mi vida, la tuya y la del vecino. Los entresijos del amor son inescrutables, pero al estar fundidos me conecto contigo a través del ombligo. Lo toco, doy varias vueltas en ambos sentidos y, sin saber cómo, es tu corazón en mi pecho el que da sus latidos, tengo tu piel adherida a mi cuerpo, me toco y te toco, me acaricio con tus manos y, al rato, es tu piel la que toco. Somos espíritus fundidos y, sin estar, estoy contigo. Me despierto oliendo a ti y disfruto como un niño. No hay razonamiento lógico, ni tampoco sentido, puede parecer absurdo pero sé, estoy seguro, que estamos fundidos. Son tus labios por donde se desliza mi lengua, es tu lengua la que lame mis labios y, estando aparentemente solo pero a ti fundido, hacemos el amor cuando rozo mi ombligo.

Café desnudos

Hoy tomaremos el café desnudos. Una buena conversación, no solo con la boca sino también con los ojos, con las pieles. Dejaremos que hablen nuestros cuerpos entre sorbo y sorbo, degustando la vida, disfrutando la compañía. Café desnudos. Nuestro sentidos despiertan a cada trago, con cada mirada, directa o de soslayo. Nuestra desnudez conversa, todos los poros dialogando, la piel de cháchara. Las yemas de mis dedos hacen eslalon entre tus pelos, rozando casi imperceptiblemente tu piel, lo justo y necesario para hacerte sentir bien. Otro sorbo de café y tu pezón entra en mi boca, buscando la palabra idónea que mi lengua busca con el roce circular que te empitona. Qué maravilla de café desnudos, qué fantástica desnudez que me apasiona. Entrelazados nuestros cuerpos, converso con susurros, contestas con gemidos; no se puede estar más unidos. Tus nalgas me sonríen, mi pecho se sonroja, tus caricias lo calman, se juntan nuestras bocas. Nuestras lenguas hablan escondidas, saboreando el café la una de la otra. Desnudos seguimos. Oigo tus latidos y tu brazo me arropa. Hueles mi pecho, beso tu ombligo, buscas mi boca. Tu hermosa desnudez me provoca.

jueves, 8 de febrero de 2024

Tus lágrimas en mi boca

De emoción muchas veces lloras. Dices que te da sentimiento. Es lo que tiene la ternura cuando se mezcla con la fragilidad de la vida o, por lo menos, eso creía. Siempre me dijeron de pequeño que llorar es de niñas y se equivocaban. Llorar es de valientes, de personas que se enfrentan a la vida, por eso lameré tus lágrimas, para tenerlas en mi boca, para conseguir tu valentía. Y poder darte mi amor con la mayor alegría. Esas lágrimas tuyas que corren por tu rostro, que llegan a tus labios y, al besarte, noto tus sales en mi boca, la frescura de tu lágrima, y me abrazo a ti más fuerte, hasta sentir tu palpitar y el calor de tu piel y compruebo que, con cada caricia que te doy, el brillo de tus ojos me sonríe, la fragancia de tu piel me envuelve, nuestros pensamientos bailan una danza de placer que nos atrapa en un instante idílico. Parece que han pasado mil años cuanto tan sólo son dos segundos, el tiempo suficiente para saber porque estoy en este mundo. De emoción muchas veces lloras y el amor que me provocas es el que te devuelvo ahora.

La vida que no hemos vivido

Esa vida que pensamos, que soñamos, que imaginamos a todas horas, ¿realmente no la hemos vivido, no la estamos viviendo ya en nuestros sueños? Son sueños que van generando recuerdos, que, poco a poco, se van filtrando a la realidad. La vida que no hemos vivido reclama su espacio, se asoma por los resquicios de los sueños, se implanta en el pensamiento, coloniza nuestro imaginario. Esa vida que nos persigue en los pequeños infiernos rutinarios, se está haciendo una música permanente, se ha transformado en la banda sonora de mi vida, en un ronroneo constante, en mi sombra. La felicidad soñada está a la vuelta de la esquina, una frase más y la tendré en mis manos. La vida que no hemos vivido ha sido primero escrita, qué digo, la estoy escribiendo ahora. No soy yo quien busca las palabras, son ellas, las palabras, las que brotan del movimiento acelerado de mis dedos, las que mi corazón llena de amor antes de ser plasmadas en la hoja, antes de que sean pronunciadas y pululen por el aire y su fantástica vibración las reproduzca a tu vera, te las susurre al oído y, cuando creas que oyes la vida que no has vivido, abre bien los ojos y, allá donde estés, busca en el camino una silueta, se acerca corriendo, es tu destino, extiende los brazos, la vida que no has vivido ya está contigo. Hola amor mío.

miércoles, 7 de febrero de 2024

El éxito de todos los fracasos

Es empezar de nuevo, volver a intentarlo. Es levantarse después de cada caída, es, como quien dice, despertar a un nuevo día, una nueva oportunidad a la alegría. El éxito de todos mis fracasos es recibir tu apoyo, amarte, es que creas en mí, en mi arte, que valores en lo que pierdo mi vida, que haya en tu corazón un rincón donde pueda cobijarme, donde encuentre la alegría que me dé fuerza para continuar con el eterno fracaso de cada día. Porque ¿qué sería una vida llena de éxitos?, una absoluta monotonía, un no necesitar a nadie, un no aprender nada nunca. Sin embargo, los fracasos incitan a la curiosidad, a buscar el ingrediente perdido, a encontrar en un abrazo tuyo el consuelo y, a la vez, el éxito de mi pequeño fracaso, nos ayudan a continuar, a ser humilde, a cooperar y, sobre todo, a amar. El éxito de todos los fracasos es saber que se puede mejorar, que un beso tuyo son las alas que necesito para llegar a esa isla recóndita y perdida donde hallaré la inspiración para diseñar las palabras y las frases que nunca nadie ha dicho y que todos quieren escuchar. El éxito de todos los fracasos es conservar la esperanza, no ya intacta, sino aumentada por las hadas que revolotean a mi alrededor y me susurran al oído que, a pesar de todo, lo mejor, siempre, es soñar contigo, amarte, besar tu ombligo aunque sea en la distancia, vivir en tu pensamiento, nadar en tu corazón, sentirte en todo lo que hago y pronto, muy pronto, besar tu piel y también tus labios.

Lo que puede un cuerpo

Con sus curvas puede conquistar un corazón, fomentar un deseo, aparentemente inexplicable, que surge de las entrañas de quien lo contempla. Puede atraer con el amor que desprende y contiene. Lo que puede un cuerpo es tan magnífico que, sin saberlo siquiera, su mirada te habla, sus poros transpiran alegría futura, su brillo, su aura, es capaz de abrazarte, de volverte a involucrar con la vida. Un cuerpo no sólo es el contenedor del amor, es el amor mismo. Igual que el alma y el cuerpo no están separados en compartimentos estancos sino que están fusionados. Lo que puede un cuerpo enamorado es enseñarte el verdadero significado de libertad. Nos engañaron diciendo que el cuerpo era una cárcel y lo dejamos deshabitado, sin apenas funcionar, teniendo remordimientos y resentimientos cuando lo usábamos. Así que lo que puede un cuerpo es también hacerte volver a la vida, enamorarte de nuevo, dejarte vivir en su seno, abrazarte tiernamente, calmar tu dolor, apagar tu desdicha, hacer que vuelva a brillar el sol en el cielo de tu vida. Lo que puede un cuerpo son todo maravillas.

martes, 6 de febrero de 2024

Pluma roja

En mi tribu se me conoce como Pluma Roja. Tal vez sea por mi forma de amar, por la pasión que pongo en lo que hago. Mi sangre hierve y se revoluciona, y la pluma blanca que me dieron de niño para adornar mi cabello, un día, se volvió roja. Unos decían que era especial, otros distinto, pero yo siempre me he considerado uno más en la tribu. Con el tiempo todos han sabido entenderme y me quieren como soy, yo incuido. Cuando tienen un problema siempre me consultan, pregúntale a Pluma Roja, es la frase que más se repite en mi tribu. La distinción de mi pluma me hace ser más empático. Si hay solución, siempre la veo el primero y se la comunico a mis compañeros. Si no la hay, les abrazo y les digo que les quiero. Me han nombrado sabio de la tribu y también hechicero, pero hechicero de la palabra. Dicen que mis frases les curan, yo creo que a veces exageran, pero ellos las repiten y las usan como medicamento. Escriben mis palabras en la tierra cuando quieren una buena cosecha, las pintan en sus hijos para protegerles de la enfermedad y, cuando son mayores, se las pintan para encontrar pareja. Soy Pluma Roja y mi tribu es la más amorosa.

Voy a quedarme

A vivir en un abrazo. Y poder conversar con tu boca en el lenguaje de los besos. Quiero escribir mil historias con caricias en tu cuerpo. Quiero soñar a tu lado un mundo nuevo. Voy a quedarme a vivir en un abrazo tuyo. Y para la mudanza me llevaré sólo el colchón y todos los trajes invisibles para sentirme elegantemente desnudo. Tener tu pecho como almohada y tus brazos como sábana. Y desde la ventana de mi nueva casa veré siempre un maravilloso paisaje: tu sonrisa. Me bañaré en tu mirada todos los días y contemplaré el cielo con una única estrella: tú. La más brillante, la más dulce, la estrella que habito. Mi nuevo hogar está lleno de amor y muy calentito. Sí, voy a quedarme a vivir para siempre en un abrazo tuyo. Pintaré unos cuadros en tus pezones con mi lengua y con las yemas de mis dedos ordenaré el mobiliario de tu piel. Vamos a sentirnos muy bien. Todo el mundo querrá tener una casa como la nuestra, cómoda, agradable, con buenas vistas, ecológica y confortable, con calefacción central y amor acondicionado. Voy a quedarme a vivir en un abrazo, tuyo, perfecto, hecho mano, natural, lleno de amor y protegido todo el año.

lunes, 5 de febrero de 2024

La mejor manera

El pensamiento es acción y por eso te pienso. Y te imagino para tenerte cerca, para anular la distancia y abrazarte. Y también te sueño. Han sido muchos sueños los que he tenido. Pero pensando, imaginando y soñando he llegado a la conclusión que la mejor manera de amarte es introducirme en uno de tus sueños mientras duermes. Y en tu sueño estoy dormido y eres tú el que te metes en mi sueño. Y es tal el enjambre de sueños que, tirando de esta madeja onírica, vamos poco a poco despertando, primero de tu sueño en el que me he introducido, luego de mi sueño en el que estás dentro, y de un sueño pasamos a otro y, cuando despertamos de todos los sueños, nos damos cuenta de que estamos juntos, abrazados, sonriendo, que los sueños han ido achicando el espacio que separaba nuestros cuerpos hasta que en el último despertar el sueño de nuestros sueños se ha cumplido y aquí yacemos unidos amándonos como dos niños.

El sitio correcto

A veces tengo la sensación de que no estoy en el sitio correcto. De que me he dejado llevar por las circunstancias y no he puesto mucho de mi parte, que debería haberme esforzado un poco más. Uno se acopla al trabajo que le ha tocado, a su vida rutinaria y resulta difícil salir de ahí. ¿Pero he de salir de ahí? Todo son dudas. Tengo amigos a miles de kilómetros de distancia, ¿seguro que estoy en el sitio correcto? ¿Qué es estar en el sitio correcto? Cuando uno no se encuentra bien, irse de viaje no va a cambiar nada, va a ser sólo una distración, porque los problemas se arrastran allá donde se vaya, los problemas no desaparecen por cambiar de ciudad, aunque tampoco desaparecen si no se cambia. Unos problemas se van pero otros vienen, esa parece ser la vida, la constante en mi vida. Todos tenemos problemas y el sitio correcto para tenerlos es cualquier parte. Y todos necesitamos amar, y el sitio correcto para el amor es cualquier parte. Puede que el sitio correcto para que fructifique nuestra vida, para que encontremos algo de felicidad, para que amemos, aunque sea a distancia, sea el sitio donde estamos, porque en verdad el sitio correcto es todas partes y en todas partes debemos amarnos.

domingo, 4 de febrero de 2024

El fantasma del amor

Se presentó una tarde de mucho sol. Apareció haciendo sonar las hojas de los árboles, sin moverlas, como un viento ciego, como un agitador del silencio. Abrí los ojos y ahí estaba. Qué quieres, le dije. Soy el fantasma del amor. Pero eso no tiene sentido, los fantasmas asustan y el amor es hermoso, pensé en voz alta. Se echó a reír. Tienes mucho que aprender, me dijo. El amor da miedo; atrae, absorbe, requiere tiempo y compromiso. No pareces un fantasma, pues siempre lo he sido. A qué has venido, a darte una oportunidad, para qué, para que vuelvas a ser niño. Le dije que no entendía, me dijo que era muy fácil, que siendo niño amar era sencillo, pues es un juego, un juego serio que, además de compromiso, requiere libertad, humor, cariño, atención, espacio, cooperación, caricias, conversación y silencio. ¿Qué tengo que hacer? Venir conmigo. Extendió su brazo y me ofreció su mano y, como un niño, le dí la mía y las juntamos. Dimos un paseo, aunque puede que ni siquiera nos moviéramos. Me habló de mi destino, de la muerte, de otros niños, del dolor y del placer, de que con amor todo iba a ser distinto. Abrí los ojos y ya era otro, giré mi cara y vi tu rostro. Brillaba tanto que lo entendí todo.

El centro es el alma

Hoy he leído que el centro de la persona es el alma. Y no me ha hecho falta leer más para saber que es así. La mayoría de personas estará de acuerdo con que el alma sobrevive al cuerpo, muchas religiones diferentes lo afirman, incluso algunos ateos. Si el cuerpo muere pero el alma sigue, el alma es lo más vivo de todo, lo más vivo de la persona. ¿Y qué hay en el mundo que sobreviva a la muerte siempre? El amor. Tal vez nuestra alma sea el recipiente del amor. A lo largo de la vida podemos ir llenándola de amor o dejando que se seque por mantenerla vacía. Es nuestra elección. Vamos a sufrir en la vida muchas veces, pero no es impedimento, ni mucho menos, para dejar de amar. Por eso me encamino al centro del alma de mis amigos, al centro del centro, a lo más vivo. Y deposito allí mi amor con todo el cariño, como cuando guarda su juguete preferido un niño, con delicadeza absoluta. Porque estoy dejando parte de mí en esas almas. A veces tan sólo estoy plantando una semilla y, otras, regando el amor que ya estaba, haciéndolo crecer. El amor es una energía viva y universal que hace que el peor de los mundos valga la pena. Por eso quiero abrazar tu alma antes de abrazar tu cuerpo. Y por eso siento tu amor a pesar de la distancia, porque aunque no llegue a mi cuerpo, sí alcanza mi alma.

sábado, 3 de febrero de 2024

De algún modo perduramos

Los recuerdos son las notas de la canción vital que escuchamos. A veces nos vemos haciendo lo que antes criticamos. Jamás seré como mi padre y actuamos de la mano. Esa canción que mi madre cantaba y a mí no me gustaba, ahora soy yo el que la canto. Perduramos en el pensamiento, del conocido y del extraño; en la memoria del animal; en el rayo de sol que brilla cada día en la esquina de la calle donde esperamos algo: un sonido, una señal o, tal vez, un amor soñado. Perduramos en los actos, en las luchas que se repiten, en los errores calcados. De algún modo, en esa frase que decimos y que alguien dijo antaño, vamos depositándonos como sedimentos humanos. Perduramos en los besos, en las caricias y también en los enfados. Hay una lágrima que a ti me recuerda, un gesto que hacía mi hermano, mi amigo se reía igual, mi madre cocinaba el mismo plato. en los detalles, en las palabras, en las miradas con encanto. En la forma de contar historias y en el acto de vivir amando. Perduro en tu sonrisa, en tus gemidos y en los recuerdos que estás creando, que explicaras a algún amigo, que servirán de inspiración, para una canción o para un relato. De algún modo perduramos.

El meollo

Iba caminando sin ninguna pretensión entre las mangas. Me olvidé de la prisa y no parecía tener un destino claro, sólo andaba, lentamente, parándome a veces, muchas, para contemplar nimiedades. Aún no lo sabía, pero me estaba dirigiendo al meollo. Sin saber cómo, era atraído por él. El meollo me buscaba, con sus cantos silenciosos captaba mi atención que yacía medio dormida en el fondo de mi cerebro. En realidad la vida consiste en eso, en ir hacia el meollo, buscar entendimiento, el porqué de las cosas; el sentido, los sinsentidos o el absurdo de la vida. Seguí caminando. El paseo estaba siendo largo, llevaba varias décadas andando y empezaba a notar que el meollo estaba cerca. De niño ya apuntaba maneras. Todos los niños preguntan, sienten curiosidad, pero lo mío era casi enfermizo. Un profesor, en el colegio, me dijo que no podía saberlo todo, que me relajara, y yo le contesté con un por qué que le hizo mover la cabeza de lado a lado, con ese gesto de negación que significa que no hay remedio y que desiste. Esas preguntas infantiles se juntaron en una gran pregunta adulta, en ese para qué estoy aquí, cuál es mi misión, por qué he nacido. No me había dado cuenta, pero el paseo me había llevado fuera de la ciudad. Estaba en medio de un prado, rodeado de flores y, al fondo, vi una silueta. Me dirigí hacia ella. Sentía el meollo, mis palpitaciones se aceleraron un poco. Llegué hasta la silueta que estaba junto a un árbol, de espaldas; puse la mano en su hombro, se giró hacia mí y ahí estaba el meollo, ahí estabas tú, amor mío.

viernes, 2 de febrero de 2024

Soy tu viento

Me cuelo por el hueco de tu camisa que hay en tu pecho. Surfeo entre tus pelos y doy vueltas en las rotondas de tus pezones, endureciéndolos, predisponiéndolos al goce. Soplo por tu barriga y bajo por el tobogán-trampolín de tu ombligo. Tu camisa baila como una bandera que quiere despegarse de tu cuerpo y genera un sonido similar a un aplauso lejano. Refresco tu piel con mi danza, ventolera amena que te acompaña. Soy tu viento con el único fin de encontrar tu contento. Soy tu viento y me mezclo con tu aliento, me respiras, estoy dentro, te recorro, me suspiras, somos uno en movimiento. Soy tu viento que, alegre, hace ondear tus cabellos, que te provoca sonrisas con un leve cosquilleo. Soy tu viento, me insinuo, te provoco, busco tu gemido placentero y lo hallo bailando alrededor de tu cuerpo. Cierras los ojos pero reconoces mi tacto en el acto y yo disfruto de tu amor sincero. Soy el viento que te envuelve por entero y te lleva a nuevos confines placenteros.

Nueva vida

Todos buscamos una nueva vida porque todos queremos mejorar la que tenemos, incluso cuando todo parece ir sobre ruedas. Cuando te gusta el arte, pintas, cantas o escribes, llega un momento en que te das cuenta que todo está dicho. Y es justo ahí donde buscas la nueva vida. Porque aunque esté todo dicho hay que volverlo a decir de nuevo. Los temas son siempre los mismos, las formas, si lo miras bien, salvo detalles ínfimos, también. Y puede que el arte sea sólo eso, buscar una nueva vida a lo que lleva siglos diciéndose, a lo que siempre escribimos, una nueva vida para el amor, una nueva vida para el mundo, para nosostros mismos, una nueva vida donde todo vaya mejor. Las historias de siempre contadas de otra manera, tal vez con más gracia o desparpajo, puede que con más sentimiento o más verdad, o simplemente con más amor, con un amor directo, que desconoce las distancias, que se proyecta en el universo, abarcando diferentes galaxias, pero, también, comunicándose, poro con poro, un amor cercano y lejano a la vez. La nueva vida del amor será astuta y provocativa y, como no podía ser de otra manera, también revolucionaria. Y esta nueva vida del amor será el arte. Un arte para compartir, que se expande, que va y viene, una corriente que está en el aire, que llega a cualquier hora del día o de la noche, que provoca nuestra alegría repentina, que llena el corazón de gozo. Esa es mi nueva vida.

jueves, 1 de febrero de 2024

Una melodía

Sonaba en mi cabeza, se oía de fondo, dulce, notas de piano dando pequeños saltitos, se acercaban. Me subí a una de ellas. Casi pierdo el equilibrio, pero enseguida cogí confianza y comencé a danzar sobre las notas. Daba vueltas como un derviche, sonriente, contigo en mi cabeza. Acabamos en el suelo, riéndonos, abrazados. Nos levantamos y una de las notas vino a buscarnos. Nos montamos y salimos volando como si de una alfombra mágica se tratase, pero con una de las cosas más maravillosas que tiene la vida inventada, un fondo musical constante. Íbamos de nota en nota, viajando por la melodía de nuestras vidas, perdiendo la ropa, conociendo nuestros cuerpos, saboreando nuestra elegante desnudez. Qué maravillosa es la música en tu compañía. Las notas me hacían cosquillas, o tal vez eran tus dedos, no podía asegurar nada entre tantas alegrías. Lo celebramos con un beso que se extendió como la brisa. A ambos nos dio la risa mientras la melodía seguía. Yo te llenaba de caricias y tú a mí de alegrías. Y la melodía seguía y nuestro amor aumentaba, y no me hace falta nada más que tu compañía.

Mejunje de amor

No sé cómo cayó en mis manos, creo que fue a través de una amiga. Llevas una temporada muy apagado, te hace falta una aventura, pon amor en tu vida, toma. Agarré el mejunje sin mucha convicción, toda hay que decirlo, y me lo guardé en el bolsillo. Por si las moscas, pensé o tal vez sólo fuera un eco lejano de la voz de mi conciencia. Pasaron los días y me había olvidado del mejunje por completo. Estaba trajinando con los libros cuando, sin querer, tiré la chaqueta que tenía apoyada de cualquier manera en una silla. El mejunje salió rodando, dio unas vueltas por el suelo para terminar chocando contra uno de mis pies y, después de dar varias vueltas sobre sí mismo, se paró. Perdí el hilo de lo que estaba haciendo, ya no sabía qué libro estaba buscando, agaché la cabeza y vi el mejunje, parecía que me estaba hablando, úsame, a qué esperas. Y eso hice. Abrí el tarro. Tenía un olor atractivo y embriagador. No sabía exactamente cómo usarlo, así que introduje un dedo e hice unos pequeños círculos en el mejunje para que se quedara la yema de mi dedo índice impregnada. Con el mejunje en el dedo me froté los pezones, el cuello y, cuando el dedo se quedaba limpio, volvía a untarlo en el mejunje. No notaba nada y empecé a desilusionarme. No sé por qué, volví a introducir el dedo en el mejunje y me lo llevé a la boca con intención de probarlo, de apreciar su sabor. Qué maravilla. Tal vez debería haber hecho eso desde el principio. Estaba exquisito. Una energía interior recorría mi cuerpo. Me sentía pletórico. Fui al ordenador, vi tu foto y me enamoré desde el primer momento que te vi.