viernes, 26 de abril de 2013

Después del ruido y la lluvia

El ritmo de la lluvia se acopla al de tus jadeos y tu sexo es la nube que descarga nuestros deseos ocultos. Ya no existe el tiempo. Los segundos se juntan en bloque en un minuto que no corre, de una hora petrificada, de un día sin noche porque ya no es día, sólo es lluvia, lluvia de mi alegría. Y tus ojos son el espejo de todos mis besos. Dicen que hay miradas que matan, pero yo no me lo creo. Entro en tu mirada como si fuera mi casa. El pensamiento me desnuda y no somos nosotros sino nuestros recuerdos los que sudan. Hay sonrisas que acarician. Tus jadeos se acoplan al ritmo de la lluvia y el amor hace los coros de esta versión acústica del placer. Hay recuerdos en la vida que no dejan de crecer, el pasado no termina porque vuelve a suceder. Y en cada gota de lluvia tu cuerpo seduce mi ser susurrándole al oído lo que somos, lo que fuimos y lo que debimos ser, pero entonces no supimos pues, inundados de placer, recorrimos infinitos estribillos, saltando estrellas, vagando por aventuras, propias y ajenas. Tú eres yo y yo soy tu vida. La lluvia limpió el deseo y el silencio trajo la alegría.

martes, 23 de abril de 2013

Me enamoro de un sueño

La naturaleza genera en mí una necesidad primordial de sentir. Todo mi ser en estado de alerta. La primavera aparca en mi cuerpo e incluso con los ojos cerrados busco el amor. Me dirijo allí donde todo se origina: la imaginación. Forjo mi sueño, le doto de cualidades, le regalo tu rostro. Pequeñas chispas flotan a mi alrededor y se introducen en mis ojos; ya sólo veo tu olor, oigo tu sabor, escucho tu rostro: son chiribitas de amor. El día se hace eterno, la magia inunda la vida, vivo por un sueño que se eterniza. Me deslizo por ondas sonoras, te bailo, el baile se transforma en caricias. Es esto el cielo, me digo, y lo vivo día a día, sin parar, sin poder parar, sin querer parar. Es todo un sueño. Me enamoro de un sueño, sí. Me enamoro de un sueño que en ti ha cobrado vida. Y la alegría es verte. Y la felicidad compartir tu vida. Me enamoro de un sueño de ti todos los días.

domingo, 21 de abril de 2013

Titilante

Así es mi amor. No podía ser de otra manera. Una débil luz que centellea. Pero en el mar de mis amigos es el faro que siempre brilla, es la luz que tu camino alumbra, si tú quieres; si lo deseas, es el sol que deslumbra la amargura, que disipa la tristeza y, con su pequeño temblor, recoge los trozos y forma la pieza. Así es mi amor: débil, pero constante, ahí radica su fuerza; pequeño, porque amo sonrisas, amo miradas, amo palabras... pero ahí está su enormidad, en amar cosas simples, gestos y no castillos, caricias y no diamantes. Amor titilante, que duda pero perdura; amor diletante, aficionado a tu felicidad; amor expectante, observando desde el alma y esperando con calma. Así es mi amor, puro temblor, pequeña luz, tenue movimiento repleto de acrobacias mínimas, leve brisa que procura tu risa, dulce fuego que te incita al juego, ahogado canto que dura y perdura antes después y mientras tanto. Así es mi amor, no es el mejor pero es el que te estoy dando, el que siempre te estará esperando. Dulce fragmento de eternidad.

sábado, 20 de abril de 2013

¿Por qué será?

Porque la vida es tan increíble que todavía me interesas aunque ya no me digas nada. Y, por el contrario, cuando me dices algo pierdo todo el interés. Una extraña sensación donde el sentimiento flota en el vacío estático. La atracción, tal vez imaginada, jamás se verá realizada por temor a perderla. La esperanza se hizo grande, ha sido hinchada, y, cuando llega la verdad, llega pinchada. Siempre creí que nos íbamos a entender, tal vez en un mundo paralelo eso se deje ver. Pero no pierdo el interés sino al revés, o al contrario y a diario, lo acreciento, a mi manera, claro está, y te busco en otros rostros. Muchas miradas me hablan de ti. Los nombres se difuminan y el amor con muchas piernas camina. Tal vez en otros labios este la esencia de tu sabor, quién sabe, puede que nuestro amor sea no encontrarse nunca, un desencuentro sin lamentos, caricias de pensamientos, onírico sexo. La vida es tan increíble que, entre estas líneas, tu mirada descansa, percibo tus párpados cerrados que serán por siempre amados, y aunque llega el punto y final ya no me siento tan mal. Hay cosas que no dicen nada y nunca dejan de interesar. ¿Por qué será?

sábado, 13 de abril de 2013

Insólito borborigmo

Aposentado en la tarde de un fructuoso día, decidí, como estaba siendo habitual estos últimos años, dedicar unos minutos, indispensables, me decía a mí mismo, a la meditación. Pero una terca digestión abortó el deseo de escucharme a mí mismo, aunque, bien pensado, tal vez lo acrecentó en demasía. Eructé y puse música mientras buscaba la postura idónea para encajar con la realidad. Se fueron sucediendo las canciones en el orden establecido; era de esperar. Lo extraño fue que terminó el disco pero seguía escuchando música, aunque no le di la importancia debida pues estaba absorbido por cuestiones meditativas. Desde el interior de mi cabeza una voz me decía que prestara atención y eso hice. Escuchaba un ritmo fluctuando en el espacio mientras una melodía angelical se expandía desde todos y cada uno de mis poros. Mi perro comenzó a ladrar. Y lo que en un principio pensé que era una canción extra del disco no era más que un insólito borborigmo.

viernes, 12 de abril de 2013

El texto

Durante varios días he estado dándole vueltas a unas ideas que tenía en la recámara de la imaginación. Tengo ganas de escribir un texto digno, con consistencia, esa clase de texto que, cuando pones el punto y final, una explosión interna de satisfacción hace que el placer se desborde por tu cuerpo y una lágrima densa y esencial surca tu mejilla, llega a tus labios y te descubre, por fin, el sabor de la felicidad. Así que medito, pienso en distintas opciones, mascullo principios, me tumbo y observo el infinito de posibilidades que hay pero que aún no logro discernir. Miro el techo, buscando un horizonte imaginario que, de improviso, cae sobre mí, penetrándome, y sí, es ahora cuando lo veo todo claro. Estoy en el interior de mi cuerpo donde una serie de mecanismos anticuados me hacen sonreír. Me deslizo por diferentes capas donde descubro sentimientos, recuerdos, caminos truncados, posibilidades, futuribles, sensaciones, hasta que traspaso una oscura bruma y veo el corazón, mi corazón, ahora enorme, y un montón de letras entrando y saliendo, recorriendo todo el trayecto del interior de mi cuerpo. Donde debería haber sangre sólo veo letras. Me acerco yo o tal vez ellas, no estoy seguro, y ahora puedo distinguir palabras. Me fijo más y veo frases. Las leo. Es un texto. Dentro de mí hay un texto que se expande, que está en movimiento, que me da la vida, que me hace respirar. Soy un texto que pienso, que leo, que escribo. Ahora lo comprendo. Siempre he sido texto. Todo lo que escribo soy yo y, para poder seguir viviendo, tengo que seguir escribiendo. Esa es mi razón de ser puesto que soy un texto. Busco en mi corazón algo bonito que decir y encuentro un te quiero. La mejor manera de terminar un texto.

lunes, 8 de abril de 2013

El vínculo transferido

El amor es como un parpadeo divino, viene y va sin saber nadie por qué vino ni por qué se fue. La ola eterna que aparece y desaparece, es, como decía Boris Vian, la espuma de los días y, también, las nubes perdidas, las hojas secas, las lágrimas derramadas y las retenidas. El amor es la carcajada y el silencio, es tu rostro en mis sueños cuando estoy despierto, es el vínculo materno que los años transfieren al que te quiere, al que te hiere, a alguien que aún no conoces pero que, eso sí, ahora, ya mismo, sueñas con sus roces. El amor ahora está en mi perro, el vínculo transferido más querido. Esos movimientos de cola son la mejor declaración, un lametón a tiempo y estoy salvado: el amor va a cuatro patas y está a mi lado. En sus ojos veo todo el amor de mi vida aposentado, y no hacen falta palabras porque huele mis sensaciones, interpreta mi energía y sabe, al momento, de mi tristeza y de mi alegría. Y el vínculo transferido crece todos los días en su compañía.

domingo, 7 de abril de 2013

Vaho

En esta melodía del instante el ritmo lo marcan mis pensativos pasos. Y del adoquinado absorbo el vaho de los enamorados. La primavera poliniza mi corazón, tu rostro aparece en las flores, las mariposas recogen tus besos de los pétalos y los dejan caer sobre mis labios. He dejado el camino, ahora voy volando, me zambullo en el cielo y me uno a una bandada de pájaros. Su aleteo esparce el vaho de los enamorados. Me abrazo a una nube, abro los ojos y veo tus labios. Tu sonrisa me envuelve, es el mayor de los regalos, y en el cielo, el arcoíris, dibuja un lazo. Respiro hondo y el vaho de los enamorados cauteriza mis complejos. Ahora todo es simple y eterno, y en esta melodía del instante comprendo que los seres queridos que se fueron en el vaho de los enamorados, en sus dulces esencias, han vuelto.