jueves, 25 de abril de 2024

Sitio por explorar

A veces un viaje puede llevarnos a un sitio por explorar, una ciudad nueva donde todo es desconocido es como una ciudad que se crea sólo para nosotros. Pero si lo piensas bien el sitio por explorar somos nosotros mismos. Cómo respondo a la novedad que tampoco es tal pues todo está repetido en todas partes, pero a la vez, aunque sea tu ciudad de siempre es un día nuevo, cada día hace nuevas las cosas, así que siempre tenemos un sitio por explorar, tanto si viajamos como si nos quedamos en casa. Y todavía queda un sitio por explorar, el más interesante: tú. Explorar tu alma, adentrarme en tu corazón, poder encontrarme a mí mismo ahí dentro, porque sé que me llevas en tu corazón y también en la imaginación y, muy pronto, también en la memoria. Explorar tu cuerpo con la vista, todos sus movimientos, la seducción de sus curvas, la instalación de momentos, una relación que se estira donde el tiempo se para, una eternidad es el momento de mirarte a los labios justo antes de que choquen con los míos en un pequeño roce al que bautizaremos como beso. Eso es explorar el deseo, buscar el amor, sellar la amistad, dejar la marca de mi cuerpo en tu cuerpo, explorar tu sabor en esta fusión de encuentros. Hay tantos sitios por explorar y todos están en tu cuerpo.

miércoles, 24 de abril de 2024

Las palomas me esperan

He establecido contacto con un grupo de palomas un par de días a la semana. Conocen mi cara, me reconocen a más de cincuenta metros. En cuanto aparezco por las calles, donde les echo migas disimuladamente, vienen planeando hacia mí, me rodean y esperan mi ofrenda panífica. Es como un rito entre especies aunque puede que seamos de la misma y aún no lo sepamos o solo lo sepan ellas. A veces me imagino que voy a salir volando, que las voy a seguir, que alzaré el vuelo, atravesaré mares y nubes y llegaré a los lugares ansiados y soñados donde me esperan con los brazos abiertos y toneladas de amor. Las palomas me miran inquietas, cuestionándome, no tienen prisa, esperan que les dé su comunión y, después de engullir las primeras migas, comienza una danza de pequeños vuelos y pasitos y contoneos. A veces les hablo, se acabó la manduca o no tengo, se me ha olvidado, y lo entienden a la primera, pero dan un par de pasadas por el cielo sobrevolándome, es como un saludo o una advertencia, no te olvides, algún día serás como nosotras porque nosotras fuimos como tú. Estamos confabulados y, lo que comenzó siendo un enigma, ahora es de lo más rutinario. Las palomas esperan mi vuelo y yo lo estoy planeando.

Mensajes sibilinos

Surgen como setas por el camino. Todo es un misterio, incluso la rutina. Me acostumbro a ver maravillas en el día a día. Me sorprendo y me ruborizo ante los espejos y, a los pocos segundos, siempre me estoy riendo. Ese yo que me observa dialoga conmigo, con el otro que soy, con el ello, con los muchos que soy al cabo de tanto tiempo. Por eso al verme no me reconozco y me sorprendo. Muchos días me despierto creyendo que soy un niño, pero es que soy un niño, solo que el envoltorio ha ido mutando, se ha ido deteriorando, como un regalo que se abre y se vuelve a intentar cerrar con el mismo papel arrugado un millón de veces. Pero volvamos a los sibilinos mensajes. Permanecen ocultos para el inexperto, pero se asoman a las miradas de los revolucionarios del amor. Por eso leo y escribo en las pieles amigas, abrazo como si fuese una película, con intensidad, lanzándome a la aventura de unos segundos eternos en el que dos cuerpos intercambian energía, se recargan de ilusiones, vuelven a la vida, suben al espacio y aterrizan en cualquier esquina. Y los besos, los besos son otra historia porque antes durante y después están llenos de mensajes que proliferan de manera incesante, besos que intentan hablar, que van con música, que llevan arte, que te transportan de aquí a Marte de un lengüetazo, que te susurran una oración inexistente y te hacen santo en un instante. Mensajes sibilinos voy escondiendo por el camino, señalando como si fueran migas un destino incierto pero atrevido. La revolución ha llegado, lo leí en el último mensaje sibilino.

Mariposas y calaveras

Son dos cosas que siempre me han gustado, aunque sería más correcto decir que me han fascinado. Cualquier cosa con una calavera me atrae enseguida, una camiseta, una caja, una hucha, y de hecho, tengo todas esas cosas. Ah, y también un plato y dos cojines y seguro que alguna cosa más que ahora mismo no me viene a la cabeza o a la futura calavera. Mariposas y calaveras. Ayer me fui a la cama pensando en ellas. Y tuve un sueño maravilloso. Estaba desnudo en un jardín donde aleteaban mariposas de colores intensos con calaveras en sus alas. Algunas tenían una calavera en cada ala, pero luego vi otras distintas. Me acerqué a ellas para ver el dibujo de sus alas y eran múltiples calaveras chiquititas estampadas en su alas de un negro casi transparente. Esta mañana, al despertar, estaba completamente feliz en mi cama sin saber cómo interpretar este sueño, pero pensando en su belleza. Me fui desnudo a la cama pero me desperté con mi camiseta de una guitarra con la forma de calavera puesta, la hucha calavera mirándome a los ojos y agitándose a un ritmo placentero que incitaba al baile matutino, a cada uno de mis lados descansaban los cojines de calaveras y, en mi cabeza, el pañuelo de mariposas de mi madre. Puede que esté empezando a volverme loco, aunque para muchos ya llevo muchos años siéndolo, o puede que todo sea un sueño, incluso lo que ahora estoy escribiendo, lo que tú crees que estás leyendo u oyendo. Todo, todo un sueño. Mariposas y calaveras.

martes, 23 de abril de 2024

El refugio

Me levanto con las fuerzas renovadas, dispuesto a afrontar un nuevo día, no digo a comerme el mundo porque muchas de sus partes saben a cuerno quemado, lo sé desde pequeño. Oigo la radio o leo en el ordenador una serie de noticias y, últimamente, ninguna es buena. Una gran parte de la población del planeta insiste en seguir destrozándolo. Gobiernos de grandes potencias mienten con el desparpajo de una prostituta vieja y enferma que pretende hacernos creer que sigue siendo virgen y que trabaja en una biblioteca. Medios de comunicación emitiendo noticias inventadas y omitiendo las verdaderas. Llego al trabajo y los mismos discursos de siempre, trabajadores defendiendo a millonarios, incultos sabelotodo que no escuchan y repiten lo que han oído en ciertos aparatos que idolatran como la tele y el móvil. Frío al punto de la mañana y calor a media mañana, trabajo y clima agotan hasta a las esquinas. Engullido por el sistema intento sonreír pero mi boca se resquebraja ante tanta tristeza mundial. Busco un refugio nada más salir del trabajo. Mi cuerpo empieza a desentumecerse después de una ducha, creo que vuelvo a pensar con normalidad, siento que estoy seguro, no sé si es sueño pero no me importa, estoy entre tus brazos: mi refugio eres tú.

Ninguna parte

¿Realmente defiendes tus ideas o defiendes las ideas que han implantado en ti? Te diría que lo pensaras, pero no serviría de nada. Parece ser que los argumentos, la búsqueda de la verdad, han pasado a un segundo plano. Decidimos votar a un partido porque un político es guapo o porque ha dicho algo que nos gusta o porque los medios nos lo están ofertando constantemente. Tomamos la mayoría de decisiones sin apenas pensar, más adelante nos quejaremos de los resultados, pero el daño ya estará hecho, con una colaboración que siempre nos sorprende cuando nos lo dicen: la nuestra. Actuamos en nuestra contra, votamos lo que nos perjudica, ingerimos lo que nos hace daño, nos relacionamos con personas que contaminan nuestra personalidad, realizamos trabajos que nos disgustan, llamamos al sexo amor y ya nada puede ir peor. Pero el capitalismo siempre triunfa, a costa de todos, con nuestra inestimable ayuda. Por eso la revolución del amor es tan importante sino terminaremos en ninguna parte, quejumbrosos, llenos de dolor, resentidos, creyendo que la culpa es del otro, viviendo un mundo sin sentido.

Nuevo descubrimiento

El conocimiento es algo muy interesante porque, además de que cuando lo vas adquiriendo te das cuenta de que te faltan muchas cosas por saber, amplía tu forma de pensar y también los hábitos del pensamiento y, aunque parezca que el conocimiento todo lo complica, te va encaminando, sin apenas darte cuenta, por lo menos al principio, hacia la sencillez. Ocurre como con la escritura. Cuando empiezas a escribir intentas ser original y se complica, se hace enrevesado, utilizas palabras que normalmente no usas y se busca marcar la diferencia con artificios que jamás se sostendrán, que el transcurso del tiempo derribará como un ligero soplo tumba un castillo de naipes. El conocimiento vuelve más inteligente a nuestros estados mentales. Una buena asimilación de conocimiento te hace humilde, sin embargo, el inepto, con pequeñas dosis de conocimiento se transformará en un arrogante petimetre. Me he dado cuenta de que por mucho que lea, un analfabeto puede enseñarme muchas cosas. No se puede desdeñar al otro por su falta de cultura porque estaríamos en una lucha constante que no lleva a ninguna parte.