viernes, 31 de octubre de 2025

Distinto de lo que imagino ser

Construimos un personaje para enfrentarnos con el resto, sobre todo y, mucho más, si somos personas tímidas. Por eso recomiendo, como gran acto revolucionario, pensar en ello. Pensar de una manera distinta a como lo hacemos habitualmente. ¿Realmente somos tan sinceros como creemos ser? ¿Queremos llevar a término los cambios que tenemos en mente para nuestra vida o son solo una construcción social más? Pensemos en los propósitos para año nuevo. Casi todos los años suelen ser los mismos. Intentar ser mejores personas, aprender algún idioma y, por imperativo capitalista, ir al gimnasio. Puede que en vez de inglés queramos tocar la flauta, o en lugar del gimnnasio prefiramos ponernos a dieta. Pero lo que ocurre es que esos própositos se van diluyendo en el aire al poco tiempo. ¿Por qué? Porque en realidad no queremos hacer nada de eso. De ahí que debamos pensar. Pensar en nosotros primero, en cómo somos en realidad. Y por muchas vueltas que le doy, lo único que encuentro que quiero realizar, no ya como propósito de año nuevo, sino siempre, es amar. Introducir el amor en todo lo que hago. Porque lo importante no es lo que se hace sino el cómo, si se realiza con amor. No hay nada malo que se pueda hacer con amor. Y, por otro lado, hay muy pocas cosas que se puedan hacer o, tal vez, casi todo se reduzca a una cosa: conocer, aprender, adquirir conocimiento. La creación artística, hacer amigos, conocerse uno mismo, llevar una vida sana y buena, meditar, disfrutar del amor. Todo se reduce al conocimiento, a descubrirse a uno mismo con amor para poder amar al resto.

No hay comentarios: