La ternura compartida

Pasar el día mirándote el alma, acariciándote el corazón con la mayor delicadeza. Quiero llorar de alegría en tu pecho, sentir tu piel estremecerse de placer bajo mis dedos, vestirte con mis besos, desnudarte con los ojos, amarte por completo. Haremos el amor de mil maneras, sonriendo tranquilos, mirándonos en silencio, durmiendo abrazados, contemplando el cielo, escuchando música y llevando el ritmo con pequeños movimientos intercalados con algunos besos. La ternura compartida será nuestra vida, nuestro sueño alcanzado. Bucearé en tu linda mirada y tomaré el sol en la playa de tu sonrisa. Mis labios en tu ombligo y tú cantándome como si fuera un niño. Y lo soy, tan feliz de estar contigo que me duermo en tu ternura y sueño que la compartimos, riendo los dos, la mar de divertidos. Exploro tu cuerpo desnudo, descubro tus pecas y tus cosquillas, te siembro de besos y cosecho tus caricias. Y, entre risas, hacemos el amor a cada instante, con solo mirarnos, como dos gigantes, el mundo se ha hecho pequeño porque sólo tengo ojos para ti, para nuestra ternura compartida.

Distinto de lo que imagino ser

Construimos un personaje para enfrentarnos con el resto, sobre todo y, mucho más, si somos personas tímidas. Por eso recomiendo, como gran acto revolucionario, pensar en ello. Pensar de una manera distinta a como lo hacemos habitualmente. ¿Realmente somos tan sinceros como creemos ser? ¿Queremos llevar a término los cambios que tenemos en mente para nuestra vida o son solo una construcción social más? Pensemos en los propósitos para año nuevo. Casi todos los años suelen ser los mismos. Intentar ser mejores personas, aprender algún idioma y, por imperativo capitalista, ir al gimnasio. Puede que en vez de inglés queramos tocar la flauta, o en lugar del gimnnasio prefiramos ponernos a dieta. Pero lo que ocurre es que esos própositos se van diluyendo en el aire al poco tiempo. ¿Por qué? Porque en realidad no queremos hacer nada de eso. De ahí que debamos pensar. Pensar en nosotros primero, en cómo somos en realidad. Y por muchas vueltas que le doy, lo único que encuentro que quiero realizar, no ya como propósito de año nuevo, sino siempre, es amar. Introducir el amor en todo lo que hago. Porque lo importante no es lo que se hace sino el cómo, si se realiza con amor. No hay nada malo que se pueda hacer con amor. Y, por otro lado, hay muy pocas cosas que se puedan hacer o, tal vez, casi todo se reduzca a una cosa: conocer, aprender, adquirir conocimiento. La creación artística, hacer amigos, conocerse uno mismo, llevar una vida sana y buena, meditar, disfrutar del amor. Todo se reduce al conocimiento, a descubrirse a uno mismo con amor para poder amar al resto.

Conocerte

Dicen que los amigos de internet no son reales. Así que si voy diciendo por ahí que he encontrado a mi amor, me toman por loco. Pero internet no deja de ser otra parte de la realidad y, con amor, uno puede conocer, hacer amigos y amar. Y puedo decir que conocerte ha sido de las cosas más bonitas que me han ocurrido en la vida. Estás en mi pensamiento y en mi corazón. Y sé que te amo. Poco a poco te he ido conociendo y sé que, cuando te vea en persona, la alegría me desbordará. Te veo y me doy cuenta de que, en parte, la misión de mi vida es hacerte feliz, quiero soñar contigo, mirarte en silencio mientras acaricio tu ombligo, quiero vivir en uno de tus besos y veranear en tus abrazos y, para eso, sueño con tus caricias todo el rato. El futuro se ha adelantado y puedo sentir tu sonrisa besando a la mía, el calor de tu piel haciéndome cosquillas, y nuestra unión como la esencia de la vida. Conocerte amor mío no sólo es la gran expectativa, es la razón de ser, el producto de mi alegría, es todo lo que pienso cada día.

Mi sueño

Mi sueño tiene tu nombre y hablo con él todos los días. Es un sueño que construyo con el amor que te tengo. Y tu cuerpo, que está a miles de kilómetros, se acerca, lo siento, tu piel roza la mía en el sueño de cada día. Cada noche entro en el sueño desnudo para abrazarte, para impregnarme de tu amor con cada caricia, para alimentarme con cada uno de tus besos. Sueño también despierto. Damos paseos, nos bañamos, chapoteamos en el agua entre risas, nos tumbamos en la playa, te seco, te beso, nuestras sonrisas hacen el amor, el sueño es intenso pero tú eres mejor. Vamos a un concierto, y también al cine, miramos las estrellas y nos abrazamos bajo su brillo. Tú eres el sol en el universo de mi sueño, mi sol, y me cantas al oído cuando mi cabeza descansa en tu pecho. Visitamos un museo, disfrutamos de la comida, estamos un rato en silencio, observándonos, y luego hacemos el amor. Me duermo entre tus brazos y te sigo soñando para que los besos nunca terminen. Beso todo tu cuerpo y sonríes, hay algunos besos que te hacen cosquillas y lloramos de risa los dos. Y este sueño tan hermoso que disfruto cada día tiene tu nombre amor mío.

Deber ser

Desde pequeños nos dicen ya lo que debemos ser. Nos cuestionan, nos encauzan, nos guían, nos educan, nos manipulan, y muchas cosas más. Pero lu único que debemos ser es luz para nosotros mismos. Y una vez iluminados podremos amar como nunca habíamos amado. Emanciparnos del sistema y crear un nuevo mundo. La calma y la paz adquiridas en la meditación iluminadora abrirán la puerta del amor puro. El sueño amoroso se hará materia y espíritu, la alegría brotará de las grietas que crearán el nuevo mundo. Tu sonrisa y la mía crearán el beso eterno que será el sol que alumbrará nuestro corazón y desintegrará el infierno. Sin duda es cierto que hay otros mundos pero están en este, sólo hay que tener la picardía de crearlos. Poco a poco fui consiguiendo voluntarios que, con su amistad, con su amor, ayudaron a crear este espacio, nuevo e infinito, ancestral y multitudinario. Todos los detalles han importado. El ser, el deber ser, el haberse sentido manipulado. El paso del tiempo, el conocimiento, el amor, las gotas de lluvia que contenían universos que regaron la flor invisible que florecía en nuestro corazón. Ahora veo que todo ha sido como debía ser. Cada tropiezo era un ajuste, al igual que cada descubrimiento. Cada fracaso una pieza más en este invento. Cada persona que se alejaba, y cada una que conocía, las que se quedaban, y las que no volvían. Todo ha sido como debe ser. Hasta que lleguemos al instante en que nuestros labios creen el beso de nuestro nuevo mundo de amor. Como debe ser.

Las posibilidades

Durante la lectura, en la meditación, cuando pienso en el amor, en este tipo de situaciones surgen las posibilidades. Las posibilidades hacia otros mundos, tal vez ahora sólo soñados, se van formando ante mí, como unas chiribitas crecientes, como una música que se intensifica. Las palabras se llenan de amor y salen disparadas por una alegria vivificante que amplia horizontes en un instante. La ilusión se hace accción, el movimiento de mi mano rozando el aire se vuelve caricia y el beso imaginado se estampa en tus labios. Las posibilidades son infinitas, como los mundos, como el amor que compartimos. Veo en tus ojos un lugar que habito y me deslizo por tu mirada, buscando el calor de tu corazón, la música de tu amor. Las posibilidades de que ya esté dentro de ti son infinitas porque tú ya estás dentro de mí, nos compartimos en este nuevo mundo de amor. Lo sé porque siento amor al contemplarte, alegría y paz interior al escucharte, porque si te sueño o te pienso también te siento. Las posibilidades de amarte son todas.

Quiero el cielo ahora

Sueño la vida que quiero a diario. Todos los días intento mejorar algo, profundizar en el amor, extender mi amistad, procurar hacer sentir mejor a mis amigos. Quiero que mis sueños sean proyectos de futuro que se cumplen, vida que está a la vuelta de la esquina. Poder escribir más libros en compañía de artistas amigos, disfrutar del amor que siembro por el mundo con mis palabras de cariño. vivir como un niño; siempre. Jugando al juego del amor y al de sentirse mejor. Derrochar alegria a cada paso, dar todas las caricias y los besos prometidos, crear un nuevo mundo amigo, cantar desnudo con un ser querido, escuchar la música del corazón de una persona amada, sumido en un lindo abrazo, sintiendo un silencio placentero que genera fuego de amor y alegria. Quiero el cielo ahora y no cuando esté muerto.

Hablando con el mundo invisible

Me siento reconfortado. Cuando la rutina pesa, el día a día se va espesando, las relaciones laborales se tuercen, la vida cada vez más inmersa y estancada en un capitalismo que agoniza, sí, que sigue agonizando a pesar de llevar años muerto; entonces respiro hondo y comienzo a hablar con el mundo invisible. Con conceptos, con espíritus, con muertos, con el amor puro, con todo lo que se filtra en ese pequeño rayo de luz que me incita a un susurro interactivo. Converso con mi interior, con la nada que soy, pero una nada llena de cosas, de amor que se expande por el mundo, de una amistad con raíces voladoras, natural e inspiradora. Converso con el mundo que me espera, con el futuro ancestral, con todo lo invisible y fenomenal, hasta que adquiere forma. Hablando con lo invisible construyo mi mundo de amor. Veo sonreír a mis amigos, los abrazo, les doy besos, y todo este amor invisible me hace sentir mejor. Las raíces voladoras de la amistad me atrapan y me dejo llevar.

Lo político

Inmersos en una época en la que mucha gente se desentiende, o por lo menos eso dice, de la política, y otros parecen vivirla con intensidad, o eso creen, pienso que lo político no existe. Que lo verdaderamente importante es lo vital. Las manipulaciones actuales se han sofisticado tanto que ya podemos hablar de auto manipulaciones. Hay personas que colapsan, se deprimen, se actualizan y rozan la felicidad con la punta de su auto engaño, todo en el mismo día. 'Se tú mismo', te dice un rótulo parpadeante o un influenciador de chichinabo que monetiza en las redes gracias a miles de seguidores que han decidido no pensar. El capitalismo lleva décadas agonizando, pero antes de morir va dejando un reguero de muertos vivientes a su paso, de individualistas que dicen haberse hecho a sí mismos y que nunca han roto un plato porque nunca lo tocaron. Tenemos sexo sin compromiso, amistades que no quieren escuchar nuestros problemas, amigos que usamos para que nos los resuelvan, y mientras, la vida va pasando sin vivirla, sólo la consumimos, como un producto más de este capìtalismo de mierda. Y cuando aparece el amor no sabemos cómo tratarlo. Como dijo César Vallejo, yo nací un día que Dios estuvo enfermo. Pero me alegro.

El amor ve lo invisible

El amor es un gran acto contemplativo pues necesita nuestra atención. Con el tiempo, pero sobre todo con nuestra dedicación, esa atención se transforma en sobrenatural y por eso el amor puede ver lo invisible. No sólo se trata de interpretar ciertos gestos que al resto pasan desapercibidos, sino de ver el potencial de la persona amada, en descubrir su ternura apaciguada, sus dones que reposan tranquilos en su interior. Con el amor se descubren todas las maravillas de una persona; a veces, incluso descubres cosas que ni ella misma sabía, porque resurgen, crecen al ser regadas con el amor recibido. En una incipiente sonrisa descubres al niño que fue, que vuelve para jugar contigo. El amor necesita mucha atención y paciencia, una aparente pasividad que actúa, que activa lo mejor de las personas con el amor que regala. El amor conversa con los silencios, descubre cosas de la nada, el amor ve lo invisible y revive a los muertos.

La finalidad

Toda la vida construyendo un cuerpo, idolátrandolo, buscando un número infinito de placeres en él, para acabar descubriendo que la finalidad es salir de él. Y esta finalidad que hasta su mismo nombre indica que es donde todo termina, no es sino el comienzo. Porque la vida es tránsito, aprendizaje, avituallamiento de conocimientos y amor. Es el comienzo de la construccion, o mejor, creación de la esencia futura que deambulará por el infinito como Pedro por su casa. Es sucumbir para vencer. Sucumbir al amor para que todos ganemos. Salir del cuerpo y formar un río, un mar, una nube, el viento. La finalidad es el comienzo eterno, el movimiento, es el beso que lanzó al aire alguien hace millones de años y que, un día, cuando ni siquiera te creías capaz de imaginarlo, salió a tu encuentro, y rozó tus labios y siguió su camino, ondulando en el viento, surfeando en una ráfaga, veraneando en esa brisa cosquilleante que pasa entre tus nalgas y eriza tu piel, como si nada. La finalidad es la ruta enorme de ese beso que, cuando te encontró, se transformó en comienzo.

El futuro ya estaba aquí

Siempre soñando, imaginando, utopías moribundas y distopías replicantes. No hay futuro, me dijeron, y comencé a fumar por si acaso me quedaba sin tiempo. Aún no tenía quince años y, a pesar de todo, seguí leyendo. No había futuro pero el tiempo seguía pasando. El sistema me excluyó para luego reabsorberme. Si esto continuaba así, em dije, va a ser cierto que no hay futuro. Pero seguí rebelándome. Más libros, nuevos amigos y el amor empezó a brotar por el camino. El futuro ya estaba aquí pero no lo percibimos. El futuro es volver al origen donde se encuentra el sentido. El futuro es la cooperación, recuperar el olvido, volver a ser niño, ese ser no nacido, amor en una idea, agua en un río.

La mirada del alma

La mirada requiere de cierta atencion, de silencio reconciliador y reflexivo. A veces tenemos los ojos abiertos y no vemos nada; otras, sin embargo, miramos sin atencion, puede que con interés o cualquier otra cosa, pero no con la atencion necesaria. Por eso, algunas veces, cansados de ver algo o a alguien, un día, gracias a la nueva mirada, todo cambia. La mirada del alma posee la intensidad requerida, la validez verdadera de la vida. La mirada del alma construye sinfonías en nuestro interior compuestas de una aglomeracion de pequeñas alegrias que crean la maravilla con la ayuda inestimable del otro. La mirada del alma es la potencia natural que le da sentido a la vida. Es ese instante de silencio contemplativo que nos conecta con la maravilla creadora, con la esencia de la energía, a través de sinapsis de alegría que recorren nuestros poros en cúmulos chisporroteantes que generan lo que es la propia mirada del alma que se retroalimenta y expande: el amor.

Dónde está mi felicidad

La he buscado en muchas partes y de múltiples maneras. Ha sido un largo proceso de indagacion e investigacion profundos. Y he llegado a la conclusion de que mi felicidad está en la felicidad del otro, en la felicidad de mis amigos. Uno no puede buscar felicidad sólo para sí, eso es imposible, y el sistema te invita constantemente a ello, por eso somos infelices, y acabamos buscando la pastilla que nos haga sonreír, el viaje que nos haga felices o el placer más excitante en los confines del universo del consumo. Pero la felicidad no se consume, se vive, se siente. Saber que mis palabras pueden servir a alguien, que estoy ahí para otro, que mi silencio reconforta, que una caricia o un abrazo alivian, descubrir el brillo alegre en los ojos de un amigo, generar ilusiones y esperanzas, y que todos o casi todos se cumplan, escuchar la risa y el llanto del otro, todo contribuye a mi felicidad. La huella que deja en mi corazón el amor de un amigo perdura y se expande, y ese amor me enseña a amar mejor, a descubrir el potencial oculto de mis amigos más tímidos, a amarlos con todo mi cariño.

Nunca te lo había dicho

Se acerca la noche y pienso en tu cuerpo. Abrazado a tu alma lamo todos tus deseos. Nunca te lo había dicho pero quiero estar con mi cara en tu pecho, oyendo el dulce repicar de tus latidos, dormirme con tu ritmo, abrazado a ti, y despertarme con tus cantos y caricias creyendo que sigo soñando pero sabiendo que no es cierto, que estoy bien despierto, y comienzo a besarte por todo el cuerpo. Mientras tú me cantas yo construyo besos. Tus abrazos son mi hogar y mis besos tu alimento. Nunca te lo había dicho pero contemplarte me pone contento. Te acaricio con los ojos, por fuera y por dentro. Deslizo mi bigote por toda tu piel y, en cada uno de tus poros, dejo la semilla de mi amor y, enseguida, crece la flor de tu pasión. El brillo de tus ojos me hace el amor. Mis dedos se impregnan de ti, oigo tu respiracion. Respiro tu aire, creamos besos juntos, mi lengua saca a bailar a la tuya y, juntas, danzan con toda su ternura. Nunca te lo había dicho, pero tu silencio no para de contarme cosas. Mis caricias provocan tu sonrisa. Tus manos aprietan mis glúteos y mi lengua endurece tu pezón. Un gemido tuyo rasga el velo del silencio. Beso tu ombligo una eternidad de dos segundos y el tiempo se para mientras hacemos el amor. Nunca te lo había dicho porque hacerlo es mucho mejor. Cada vez que te digo te quiero ocurre todo esto en mi interior.

Si hay un objetivo

Puede que mi escritura tenga muchos objetivos o tal vez ninguno, a lo mejor son sólo características. Pero si hay un objetivo para mi escritura es construirme, crearme a traves del amor. El tiempo va transformando el estilo, las florituras se desvanecen, el qué dirán se desintegra, olvido todas las barreras y censuras y pienso en la creación absoluta. Porque lo que escribo no es una parte de mí, algo decorativo o artístico, sino que soy yo mismo. El objetivo de las palabras es crear el amor que me compone, sentir caricias en la distancia, saborear los besos de amigos lejanos, disfrutar de su amor, usar el lenguaje para escribir en sus pieles y acercar a mi vida el futuro encuentro, percibir su tacto antes de tiempo. Hay amor entre líneas, en el interior de las palabras, en todos y cada uno de sus significados. El objetivo de mi escritura es volverme en el amor soñado, fundirme con el amor buscado en cada bocanada de aire que respiro, ser uno con mi amigo y sonreír a la vida escrita para vivir lo soñado. Cada palabra me acerca a ti, te toca, mis frases te envuelven y, al guardar estos textos en mi corazón, soy tú en el amor más vivo.