miércoles, 1 de mayo de 2024

Ataraxia para todos

Sí, ataraxia para todos, pago yo. Era mi deseo preferido cuando entraba en los bares a las tantas de la noche en mis épocas de, ahora escarceos intensos descontrolados y sin sentido, rutina alcohólica desenfrenada. Pero hay cosas que van y vuelven, como el oleaje, vuelve el agua hecha otra ola nueva, parece idéntica pero es completamente distinta, nueva es la espuma, nuevo el sentido, nueva la vida de esta espuma de los días. Y esta ola ha vuelto en un viaje a la costa alicantina. Por diferentes motivos que muy bien podrían ser un jeroglífico, termino en una clase de cerámica, rodeado de gente casi desconocida pero amiga, creando en cooperación dicharachera, manchándome las manos con la vida auténtica, disfrutando del entorno me mimetizo y en estas que viene la ola y, tras la espuma, sale de mi memoria: ataraxia para todos, pago yo. Como dos neuronas que se conectan, dos instantes de mi vida se saludan, vuelve lo mejor de un recuerdo, la serenidad que vivo moldeando el barro, conversando, riendo, a ratos en silencio, pero siempre disfrutando. Hago un pequeño cuenco, todos lo hicieron, para mí una gran obra, para los otros el comienzo. Y la mente se me ilumina al elegir una palabra que pintar en el cuenco: ataraxia. La mejor forma de describir este agradable momento.

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