miércoles, 1 de mayo de 2024

Me apetecía

Hoy voy a contaros un cuento. Igual que se pasa de la noche al día, yo paso de la soledad a la compañía. Y no por necesidad, sino por pura alegría. He de reconocer que la soledad no es tal pues estoy rodeado de libros, hay música de fondo, a veces sonando en el exterior y otras en mi cabeza. Y dónde está el cuento, estaréis pensando, el cuento es la vida, por lo menos, la mía. Aunque a veces nado entre versos disfrutando en los lagos de la poesía, mi vida es un relato corto que transforman en eterno las compañías. Por eso hay amigos que conozco hace un año pero lo son de toda la vida. Hay conexiones a distancia y amores en la lejanía y si, por casualidad, un día se realiza el encuentro de esas dos vidas amigas, surge la maravilla porque en pocos instantes el amor distante se transforma en chiribitas que transportan el contento acumulado en los ratos de soledad divina. Hoy puedo decirte que te sentí en otra vida y, a los que aún no conozco en persona, mi cara en sus sueños asoma como por una ventana de fantasía, y todo en este cuento de mi vida, a veces sola y a veces en compañía, es la alegría que perdura y moldea mi corazón, y no sólo moldea, también lo amplía. Porque mi corazón es como el universo, se expande cada día. Y este es el cuento y quería contároslo. Me apetecía.

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