domingo, 28 de septiembre de 2025

Ausencia

Esperaba encontrarte, poderte abrazar al fin, darle la última dimension al deseo, al anhelo, a la ilusión que construí en mi imaginacion. Pero sólo pude abrazar tu ausencia, besar el vacío, y sentí, por un instante, que nadie quería estar conmigo. Respiré hondo y pensé: qué difícil es amar a los amigos. Me tumbé en la cama y contemplé el techo como si fuera una pantalla de cine donde mi mente reconstruía las secuencias de tu entrada en mi vida, donde, a la vez, todas tus promesas se diluían, se perdian como arena que lleva el viento, trayendo lágrimas a mis ojos y destrucción a todos los recuerdos futuros contigo que nunca se iban a producir. Respiré hondo y me dije: debías haberlo visto venir. No es la primera vez. Sin saber por qué sonreí. Un mensaje en el móvil. Dos personas querían conocerme. Una me había dejado plantado pero las semillas de los nuevos amigos habían crecido en el mismo instante que había respirado hondo. Dos por uno. Conocí a mis amigos, charlamos, nos abrazamos y nos besamos, compartimos tiempo y risas juntos. Fue todo maravilloso y ellos muy simpáticos y amables. Apenas sentía tu ausencia, ya nada me afectaban tus desplantes. El amor a veces hace sufrir, pero otros te alegran el doble.

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