miércoles, 24 de junio de 2015

El sentido de la existencia

Voy detrás de él, le sigo la pista en todos mis actos. Por eso, cada vez que acometo una acción, y para intentar ser justo con el universo, procuro acordarme de añadir ese ingrediente especial, aparentemente insípido, pero que todo lo transforma, que es el amor. Cuando estoy en la cocina haciendo la comida, cuando tengo una conversación intrascendente con un desconocido, cuando me relaciono con un animal, a veces, incluso solo con una mirada; cuando respiro, cuando me acuerdo y siempre que puedo, añado amor. Con amigos de otras ciudades y de otros países, para salvar las distancias, añado amor en cada una de mis palabras, añado amor a la frase y, como colofón, añado una pizca más de amor al comentario o a toda la conversación. Así, cada acto cotidiano, deja de ser anodino y adquiere una magnitud y una trascendencia que nos parecen mágicas. pero añadir amor es solo el comienzo, hay que continuar contribuyendo al bienestar ajeno para que la propia felicidad cobre sentido. El sentido de la existencia podría ser esa armonía natural invisible que todo lo envuelve y casi siempre se nos escapa, esa felicidad gratuita que el ingrediente amor nos regala cada vez que lo usamos y, también, la meditación sobre el sentido forma parte del propio sentido de la existencia. Reconocer el camino, aplicar el amor, contribuir a la felicidad. El sentido de la existencia también eres tú y, por eso, voy a amarte lo mejor que pueda.

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