domingo, 17 de mayo de 2015

Lo que no hemos vivido

Aún lo recuerdo. Imaginé un amor eterno con el que cada día sueño. Mientras duermo lo vivo, me zambullo en tu cariño, te veo sonreír, tan feliz como un niño, los abrazos que nos damos, las caricias compartidas, alegrías que perduran cuando despierto a la vida. Lo que no hemos vivido me acompaña, me seduce, dibuja en mí una sonrisa y, a veces, arranca dos o tres lágrimas. Historias sin principio ni fin, anécdotas fantaseadas, sueños que la realidad aborta pero, sin saber por qué, a mí aún me importan. Lo que no hemos vivido forma parte de mí, es quizá un último consuelo, la alternativa a la realidad, la maravilla de un mundo paralelo. Por eso, aunque tus labios no rocen los míos, conservo el sabor de tu beso; a pesar de que tus manos jamás me tocaron, tus caricias me acompañan y me acompañaron, y aunque tus abrazos no fueron engendrados yo los considero como dados. Lo que hemos vivido y lo que no, todo, todo siempre estará conmigo.

No hay comentarios: