viernes, 19 de abril de 2024

Baño de caricias

Cuando nos veamos, después de abrazarnos y besarnos, de contarnos novedades, de alegrarnos y sonreír por nuestro encuentro, de dejar que la excitación nerviosa desaparezca, cuando el silencio se asiente y solo nuestras miradas hablen, me gustaría que nos tumbáramos desnudos y darte un baño de caricias. Mis caricias van impregnadas de historias que quiero que conozcas, de todo lo que siento por ti, de la felicidad que quiero que disfrutes. Habrá unas caricias lentas pero continuas donde las yemas de mis dedos harán bailar a todos tus pelos, generando una vibración en todo el vello de tu cuerpo, un oleaje armónico del que brotará el placer que irás sintiendo y se irá intensificando con el roce. Y en el vaivén de esos pelos, en ese maravilloso cimbreo iré plantando besos, recolectando tu sabor placentero con mis labios, mientras mis dedos recorrerán tu piel, buscando lugares aún inexplorados e incidiendo en las zonas erógenas de tu particular personalidad. Mis dedos escalarán tus pezones, los rodearán de todas las maneras posibles, se transmitirán su energía y sus encantos, mientras, por ejemplo, te beso un hombro. Mis dedos resbalarán hasta tu ombligo y mis labios, ya en tu cuello, sentirán tu palpitar, tu calor y escanciarán besos ralentizados escalando hasta tu boca, buscando el fuego de tu lengua húmeda.

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