jueves, 11 de abril de 2024

La realidad y el deseo

Busco la forma de armonizarlos pero me encuentro en una tesitura tal que el mundo apesta y los deseos se multiplican. Leo, busco en los libros, intento adquirir conocimiento. Unas veces se me dice que limite mis deseos y otras que les dé rienda suelta. Engullido por el amor, voy expandiéndolo por el universo de la mejor forma que conozco, a través de las palabras, siempre llenas de cariño, trato a mis textos como a mis niños y, como un hechizo inesperado que se transforma en recurrente, el hado tergiversa la potencia de mi amor y los textos adquieren una fuerza inusitada, provocan el deseo que inunda la realidad, enamoran al lector y, donde puse una semilla de amor, ahora hay campos enteros. Todo se descontrola a veces, incluso en las artes amatorias y, donde sólo había una historia, ahora hay mil tramas enamoradas, plagas de hadas, de duendes, querubines incandescentes borrachos de placer y de deseo, una primavera que arde y corazones llenos de fuego. La realidad es que el deseo se ha propagado, una mirada, una intención, un pensamiento, una idea, un torso desnudo, una sonrisa, todo se ha vuelto una mecha que incendia las pasiones y el amor se extiende por los rincones que se multiplican y en mi cuerpo llueven caricias mientras escribo las albricias de los corazones que amo, que son amigos, que son hermanos, que vamos juntos de la mano con un deseo tatuado para que lo haga realidad el hado tergiversador de hace un rato. Y así, en una armonía mágica, vivir la vida como en un relato.

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