miércoles, 24 de abril de 2024

Mariposas y calaveras

Son dos cosas que siempre me han gustado, aunque sería más correcto decir que me han fascinado. Cualquier cosa con una calavera me atrae enseguida, una camiseta, una caja, una hucha, y de hecho, tengo todas esas cosas. Ah, y también un plato y dos cojines y seguro que alguna cosa más que ahora mismo no me viene a la cabeza o a la futura calavera. Mariposas y calaveras. Ayer me fui a la cama pensando en ellas. Y tuve un sueño maravilloso. Estaba desnudo en un jardín donde aleteaban mariposas de colores intensos con calaveras en sus alas. Algunas tenían una calavera en cada ala, pero luego vi otras distintas. Me acerqué a ellas para ver el dibujo de sus alas y eran múltiples calaveras chiquititas estampadas en su alas de un negro casi transparente. Esta mañana, al despertar, estaba completamente feliz en mi cama sin saber cómo interpretar este sueño, pero pensando en su belleza. Me fui desnudo a la cama pero me desperté con mi camiseta de una guitarra con la forma de calavera puesta, la hucha calavera mirándome a los ojos y agitándose a un ritmo placentero que incitaba al baile matutino, a cada uno de mis lados descansaban los cojines de calaveras y, en mi cabeza, el pañuelo de mariposas de mi madre. Puede que esté empezando a volverme loco, aunque para muchos ya llevo muchos años siéndolo, o puede que todo sea un sueño, incluso lo que ahora estoy escribiendo, lo que tú crees que estás leyendo u oyendo. Todo, todo un sueño. Mariposas y calaveras.

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