viernes, 19 de abril de 2024

Nada y todo

Cuando no hay nada seguro, todo parece posible. Cansado de la ilusión que nunca llega, dejo que el sueño se espese, se materialice, entro en él. Había una posibilidad de que funcionase y todas las demás de que fuese como siempre. Funcionó. Funciona, pues me ha traído del pasado al presente. Estaba estancado en el pasado y ahora estoy viviendo un regalo, el presente, el maravilloso presente, sí, el único presente que eres tú. De la nada sale todo porque la nada está llena de cosas. Y así fue como te encontré, saltando de una nada a otra, hasta llegar al presente y encontrarlo todo. Caí en un charco de amor que salpicó toda mi existencia. Amaba las lecturas, amaba escribir, amaba la comida, me delitaba preparándola, incluso comprando los estupendos productos para elaborar los platos exquisitos. Ahora todo era bonito. Mi corazón sonreía. Brotaban amigos como setas en el bosque, crecían historias, protagonizaba aventuras siempre teniendo presente el regalo magnífico que se me había dado: tú. La posibilidad de una armonía alegre se había materializado ante mis narices. El sufrimiento del trabajo se había dulcificado. Ni siquiera me preguntaba cuánto iba a durar todo esto porque ese espacio lo ocupabas, lo ocupas tú. Nada ha cambiado y todo es diferente. Salpicado de amor me encamino hacia un mundo mejor. La esperanza se ha quitado la ropa y ahora ya es un hecho. El amor que me envuelve huele a ti. Todo huele a ti.

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