martes, 23 de abril de 2024

Ninguna parte

¿Realmente defiendes tus ideas o defiendes las ideas que han implantado en ti? Te diría que lo pensaras, pero no serviría de nada. Parece ser que los argumentos, la búsqueda de la verdad, han pasado a un segundo plano. Decidimos votar a un partido porque un político es guapo o porque ha dicho algo que nos gusta o porque los medios nos lo están ofertando constantemente. Tomamos la mayoría de decisiones sin apenas pensar, más adelante nos quejaremos de los resultados, pero el daño ya estará hecho, con una colaboración que siempre nos sorprende cuando nos lo dicen: la nuestra. Actuamos en nuestra contra, votamos lo que nos perjudica, ingerimos lo que nos hace daño, nos relacionamos con personas que contaminan nuestra personalidad, realizamos trabajos que nos disgustan, llamamos al sexo amor y ya nada puede ir peor. Pero el capitalismo siempre triunfa, a costa de todos, con nuestra inestimable ayuda. Por eso la revolución del amor es tan importante sino terminaremos en ninguna parte, quejumbrosos, llenos de dolor, resentidos, creyendo que la culpa es del otro, viviendo un mundo sin sentido.

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