miércoles, 3 de abril de 2024

La alegría es el triunfo

Porque no se puede competir por la alegría. El éxito en una competición puede dar satisfacción, momentánea siempre, pero la alegría es producto de la cooperación, incluso con uno mismo. La alegría es compartir lo bello, y no sólo eso, hace que el mismo compartir se torne bello. A mí me ocurre que, si estoy solo, y alcanzo unos instantes de alegría, necesito escribir, describir lo que he sentido y, por otro lado, hacer que lo escrito haga perdurar mi alegría; hay una simbiosis que reporta una continuidad de la alegría vivida. Y ese es mi único triunfo. Un ser que ama, en eso me he transformado. Y, a veces, sin querer, la alegría hace su aparición: un rostro que me sonríe, un amigo que me devuelve el amor con creces, porque el amor de los demás siempre es mayor que el mío, con más fuerza lo siento, unas risas compartidas, un abrazo intenso que perdura en el tiempo, el recuerdo de mi madre dándome un consejo que me salvó la vida, y tantas y tantas cosas conforman mi alegría que siento que habito en el triunfo más profundo, una nebulosa placentera que en volandas me lleva unos segundos que, en mi corazón, es la eternidad de otro mundo que ha venido a susurrarme que la alegría es el triunfo.

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