lunes, 29 de abril de 2024

Dar lugar a ser

Tu presencia en mi espacio vital, mi incursión en tu vida social, sobre todo, los actos revolucionarios de amor donde la caricia es el lenguaje supremo y los besos signos de puntuación que dan elasticidad al proceso de dar lugar a ser. Puede que el conocimiento personal sea la mayoría de las veces a través del otro: cómo aprendemos a amar, cómo queremos corresponder, qué recriminamos que, en definitiva, muchas veces, suelen ser los defectos nuestros que vemos en los otros; los otros son el espejo que nos devuelve nuestros antojos. Dar lugar a ser es dejar expresar el nuevo descubrimiento recibido, las buenas lecciones olvidadas que se activan en la memoria con pequeños gestos, como una sonrisa idónea, puntual, exacta, en el momento justo y, a la vez, quizá, involuntaria. Dar lugar a ser es la actividad amorosa creadora, el resurgir del conocimiento perdido, la cooperación orgánica dando su fruto, el cambio en el mundo. Al igual que una ameba en fisión que se divide y se convierte en dos, en la revolución del amor dos cuerpos, dos seres, se descubren uno a otro, uno en el otro y ocurre la maravilla: dar lugar a ser.

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