viernes, 12 de abril de 2024

Lo que me pasa con la escritura

Para mí escribir es como vivir, a veces es muy placentero y otras puede empezar siendo un sufrimiento pero, no sé qué es lo que ocurre exactamente, que acaba adquiriendo tintes de terapia y te acabas riendo del dolor que estás contando. Cuando escribo relatos la gente me pregunta si me ha ocurrido lo que me he inventado y, cuando aprovecho algo de lo que me ha ocurrido para añadirlo a mis relatos, entonces me dicen que tengo mucha imaginación. Parece como si la realidad, los hechos reales, no fueran creíbles y, sin embargo, lo inventado adquiere tintes de posibilidad, de historia verdadera, de biografía. Estamos en un mundo tan falso que cuanto más inventas, más real parece. Otras veces ocurre que primero llega lo inventado, lo escribes y, al cabo de un tiempo, se transforma en realidad. Es entonces cuando te sientes un dios, pues estás escribiendo el libro de la vida sin darte cuenta, escribes lo que ocurrirá en un futuro, adelantas acontecimientos. Por eso historias que parecen de una persona con mucha imaginación, con el paso de los años, se tranforman en historias de una persona realista. Hay historias que van mutando con el tiempo, unas ganan interés con el transcurso de los años, otras lo pierden, otras tienen la misma validez siempre. Y ya no entro en los significados o interpretaciones de la lectura porque hay veces, cuando preguntas, que te sorprendes de la maquinaria interpretativa de los lectores; supongo que a mí me debe pasar lo mismo cuando leo, ya que somos máquinas buscadoras de sentido y, ahora que lo pienso, tal vez por eso, me gustó tanto el absurdo en su momento.

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